INVESTIGADORES
PODEROSO Juan Jose
libros
Título:
Shock. Fisiopatología Clínica y Tratamiento
Autor/es:
MIGUEL J, BALDI J, GHERARDI C, PODEROSO JJ
Referencias:
Año: 1982 p. 123
Resumen:
El shock como síndrome multifactorial y grave que amenaza la vida del paciente, interesa a todas las ramas de la medicina, desde que puede insertarse en cualquier momento evolutivo de muy diversas enfermedades. Se desconoce con exactitud el momento histórico en el que se comenzó a utilizar el término shock para designar a la entidad que hoy conocemos como tal; probablemente ello ocurrió en los principios del siglo en los Estados Unidos de Norteamérica. E. W. Crile fue uno de los primeros en identificar el shock clínico como una falla circulatoria que pudo reproducir en los modelos experimentales. Este concepto de alteración hemodinámica se ha mantenido hasta nuestros días, con la fuerza de los conocimientos tradicionales y que actualmente sufre modificaciones en razón de los aportes de la fisiología y la bioquímica. La evolución y el conocimiento posterior tuvo su incentivo en los desgraciados hechos que acompañaron a las dos guerras mundiales y últimamente a las guerras de Corea y Vietnam; muchos de los aspectos de la fisiopatología y el tratamiento emergieron de esas conflagraciones. Simultáneamente se desarrollaron estudios metabólicos, tales como producción de ácido láctico y deuda de oxígeno en el shock hemorrágico; Crowell identificó en los animales el tiempo crítico de deuda de oxígeno para producir la irreversibilidad del cuadro. Francis Moore analizó los aspectos hidroelectrolíticos en el paciente quirúrgico; las soluciones con electrolitos o dextrosa para reposición de pérdidas de líquidos se popularizaron en las tres últimas décadas. El shock séptico se comienza a desarrollar más frecuentemente desde 1950 como resultado de la proliferación  de gérmenes Gram negativos, a raíz de técnicas quirúrgicas más sofisticadas, del desarrollo de las salas de Terapia Intensiva y la utilización de quimioterapias inmunodepresivas (citostáticos, corticoides). La extraordinaria popularidad que alcanzaron los catéteres descriptos por Swan y Ganz en 1968 tiene su razón de ser en la gran practicidad de su uso y en la información que brindan sobre los fenómenos hemodinámicos. La incorporación de las técnicas de termodilución, ha reemplazado por su sencillez a  las  técnicas de dilución de colorante en la medición del volumen minuto cardíaco. Estos avances han permitido desarrollar una comprensión más exacta de la  fisiopatología del shock, los nuevos conocimientos bioquímicos vinculados a la utilización del O2 por los tejidos completa el panorama parcialmente sugerido por los aspectos hemodinámicos que expresan los cambios referidos al transporte del mismos. Con esta perspectiva en el año 1978, la División Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas y la Cátedra de Química Biológica de la Facultad de Medicina (U.B.A.) iniciaron una serie de estudios vinculados a la función mitocondrial en el shock séptico. Dos años más tarde, la Asociación Argentina de Cirugía invitó a dos de los autores a pronunciar el relato correspondiente al Quincuagésimo Primer Congreso Argentino de Cirugía y Vigésimo Cuarto de Cirugía Torácica y Cardiovascular, sobre el tema “Avances en el tratamiento del Shock”. En esa oportunidad se revisó la casuística de la División Terapia Intensiva y se seleccionó la bibliografía esencialmente compatible con ella. La publicación del presente libro efectuado a partir de la experiencia antedicha tiene por objeto poner al alcance del estudiante avanzado y del médico, recientes adquisiciones fisiopatológicas acerca del shock, junto a las implicancias prácticas del manejo cotidiano.