IMASL   20939
INSTITUTO DE MATEMATICA APLICADA DE SAN LUIS "PROF. EZIO MARCHI"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Importancia del bosque seco del centro de San Luis como sumidero de carbono atmosférico
Autor/es:
GARCIA, A G; DIBELLA, C M; NOSETTO, M D; POSSE, G; RICHTER, K; FERNANDEZ, R J; JOBBÁGY, E G
Reunión:
Congreso; XXV Reunión Argentina de Ecología; 2012
Resumen:
Los bosques secos adquieren importancia debido a su gran extensión y a su destacado rol en la regulación climática y en la provisión de bienes y servicios ecosistémicos. El creciente ritmo de deforestación que se verifica en los bosques secos de Sudamérica, con cambios en la fisonomía de la vegetación, pueden provocar importantes impactos sobre el funcionamiento del ecosistema. Si bien existen algunas evidencias, son escasos los datos que indiquen cuál es el papel que juegan los bosques secos sobre los balances del carbono e hídrico, y permitan predecir las consecuencias de estos cambios. Con el propósito de describir la dinámica temporal del funcionamiento de un ecosistema de bosque seco del Chaco Austral argentino, se estableció un puesto fijo de observación de variables micrometeorológicas y ambientales en un bosque nativo del centro de San Luis. Aplicando la técnica ?eddy covariance? se calcularon el intercambio neto de carbono (NEE, diferencia entre la productividad primaria bruta y la respiración del ecosistema) y la evapotranspiración (ET), y se analizó su asociación con las principales variables ambientales. Estas observaciones se realizaron en forma ininterrumpida desde mayo de 2010 a marzo de 2011. El bosque seco se comportó como un destino neto de CO2 durante 10 de los 11 meses analizados, aún durante la estación seca invernal, fijando un total de 317 gCm-2. Las pérdidas de agua por evapotranspiración (433 mm) representaron casi la totalidad de los ingresos por precipitación (94%). Tanto el NEE como la ET del bosque seco estuvieron asociados con la magnitud y la frecuencia de los eventos de precipitación. Este trabajo brinda las primeras evidencias que permiten afirmar que el bosque seco de San Luis se comporta como un sumidero de carbono y aporta conocimientos acerca de los controles que operan sobre su funcionamiento.