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Los procesos de mejoramientos y autoconstrucción de vivienda por parte de los sectores populares permiten conocer en el territorio las distintas estrategias de las que se valen estos grupos para poder construir y/o mejorar sus viviendas. Esta situación responde a diferentes factores. Por un lado, un mercado de vivienda de difícil acceso y una insuficiencia de producción de viviendas sociales por parte del Estado. Por otro lado, la necesidad por parte de los sectores populares de proveerse un lugar donde vivir, contando, en muchos casos, con un único recurso: su propia mano de obra. Experiencias de trabajo anteriores han permitido conocer un modelo de gestión de fondos rotativos para el mejoramiento de viviendas, que dan cuenta de la importancia de vinculación entre organizaciones sociales y grupos de vecinos para llevar adelante esta tarea. Para la presente ponencia nos proponemos un trabajo exploratorio que indague sobre la percepción de poseen los sujetos implicados en estos procesos solidarios de mejoramientos a través de la implementación de fondos rotativos como estrategia para mejorar sus propias viviendas. La particularidad que se retoma para este trabajo, es que estos fondos se encuentran siendo implementados por mujeres que viven hace muchos años en la villa 21-24 (Barracas, Ciudad de Buenos Aires). En tal sentido, podemos reconocer en sus relatos la experiencia de inserción en el territorio, la forma en que fueron construyendo sus viviendas y el significado que adquiere para ellas la administración de un fondo rotativo. De esta manera, se busca reflexionar en torno a esta experiencia solidaria y de autogestión del hábitat popular a través de las prácticas desarrolladas por mujeres, lo que nos permite explorar también, la dimensión de género presente en estos procesos y la vinculación entre la esfera de la producción y reproducción del hábitat popular.