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La experiencia vital del pensar filosófico de Macedonio Fernández (1874-1952)nos ofrece mapas de su escritura, mapas con accidentes y momentos de descubrimientos que permiten reconstruir sus itinerarios, sus aventuras, los recorridos realizados con sus intersecciones y paisajes vitales. Decimos mapas porque no hay un solo dibujo realizado por Macedonio y porque, además, nosotros también hemos ido construyendo otros. Si bien sabemos que la lectura que se propone de la filosofía del sujeto, de la experiencia, del amor, dibujada en sus textos no será definitiva, no dejará de ser una intención que revela el esfuerzo por acercarnos lo más posible al territorio macedoniano. ¿Será, finalmente, la academia el destino de la obra de Macedonio Fernández? ¿De qué manera, entonces, será posible proceder en la lectura filosófica de la obra de un pensador sin caer en mutilaciones o juicios estrictamente academicistas que impidan apreciar la riqueza de un pensar? La propuesta que se desarrolla en este libro se vincula a la necesidad de leer a Macedonio de otra manera; es decir, desinstitucionalizando la lectura, buscando exceder la mirada académica o, por lo menos, superando un concepto estrecho de lo que se entiende por filosofía. No se buscará responder proponiendo nuevos casilleros para ubicar a los inubicables. Sí habrá un esfuerzo -con intención sistemática- en explorar algunos lugares buscando y proponiendo nuevos recorridos o, en todo caso, nuevas miradas para caminos ya abiertos, en función de poder acercarnos a los itinerarios de un pensador con prácticas descentradas. Como ya lo anticipamos, la cuestión no se dirime en tratar de encontrarle ubicación a Macedonio, sino en hacer de su desubicación una instancia para reflexionar en torno a las coordenadas sobre las que se organiza el ejercicio del filosofar. La tarea será dibujar una nueva cartografía de ideas plural, con localizaciones críticas que nos permitan acercarnos a la filosofía con nuevas miradas. Macedonio Fernández es un punto de fuga a muchos lugares comunes, pero al mismo tiempo puede ser un ancla para pensar la filosofía en la Argentina.