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En los últimos veinticinco años, en Argentina, se han producido transformaciones relevantes en las relaciones entre las mujeres y el Estado. Relaciones en dos terrenos aparentemente desconectados: por una parte el de las políticas de reconocimiento de derechos y por otras de asistencia a la pobreza.El período iniciado con el retorno de la democracia (1983) y la suscripción de convenciones internacionales relativas a los derechos de las mujeres, se caracteriza por la existencia de instituciones estatales destinadas a abordar la cuestión de las mujeres, pero también por fuertes transformaciones en la estructura social argentina, que afecta en forma particular a las mujeres: las más pobres entre los/as pobres y las "beneficiarias" de las políticas sociales del nuevo siglo.Este trabajo indaga por las formas en que este proyecto de construcción de un espacio en el Estado para las mujeres tuvo lugar a lo largo de estos años; analiza cómo, a un paso de la apertura de organismos especializados en la promoción y defensa de los derechos de las mujeres, éstas se fueron convirtiendo en las destinatarias de las políticas de asistencia a la pobreza y las áreas mujer en el Estado sufrieron transformaciones regresivas. Mujeres y espacios estatales corrieron la misma suerte: a medida que las condiciones de vida se deterioraban para la mayoría, las mujeres fueron y son, cada vez más, requeridas para el cuidado y la atención de los/as débiles y de los/as olvidados/as. Aquello que fue creado para promover autonomía se fue transformando en delegación del cuidado.La dificultad en las políticas estatales hacia las mujeres a partir de la restauración democrática en Argentina reside en que se trata de un haz de relaciones a menudo escasamente evidentes: las relaciones entre sociedad civil y Estado, entre economía y política, entre cuerpo y política, entre distribución y reconocimiento, entre dimensiones estructurales y transformaciones históricas, entre inercia de lo establecido e incidencia de los intentos de transformación en escenarios sumamente inestables y complejos. Nuestro objetivo es entonces reflexionar en torno de las articulaciones entre dos procesos que caracterizan el derrotero de las políticas cuyas destinatarias son mujeres: por una parte las políticas implementadas como respuesta a las condiciones económicas creadas por el capitalismo tardío; por la otra la retórica de los nuevos derechos (impulsada por los organismos internacionales) que ha desembocado en un aumento de derechos formales sin garantía estatal.