La huella de la memoria: arqueología pública en el fuerte de San Carlos (Mendoza).

MARÍA JOSÉ OTS; ANDRÉS ROCHA; MARINA CATALDO

Mendoza

Seminario; Seminario interdisciplinario sobre sociedades del pasado (SISPA) 2018: Patrimonio; 2018

INCIHUSA

El Fuerte de San Carlos fue fundado en 1770 en un sector deprimido entre los arroyos Aguanda y Yaucha. Construido de paredes de adobón, desde las primeras décadas de ocupación comenzaron a hacerse frecuentes los arreglos para su mantenimiento. En 1904, cuando el predio era ocupado por la Jefatura política del departamento de San Carlos, el fuerte fue reconstruido totalmente, aunque esta construcción fue demolida en la década de 1920. El sitio fue declarado Lugar histórico por la Comisión nacional de monumentos, lugares y bienes históricos en 1951. Desde la década de 1980 funciona en este lugar una escuela secundaria y el museo del Fuerte. La memoria y la identidad de la comunidad de San Carlos están fuertemente vinculadas con la conservación de un fragmento del torreón noroeste del fuerte. La demanda de los vecinos consiguió que el municipio convocara a un equipo interdisciplinario para realizar estudios que permitan la consolidación de esos restos. Nuestra participación nos comprometió en un proyecto de Arqueología pública. Fue clave la participación de distintos agentes (del municipio, museo, escuelas, vecinos, investigadores, conservadora) en el proceso de co-construcción del patrimonio, y en la propuesta de alternativas para su gestión y socialización. Desde un concepto de Patrimonio que se construye socialmente y se resignifica continuamente con nuevos sentidos o negociaciones (Criado Boado 2013; Gordillo, 2009; entre otros), la investigación arqueológica e histórica sobre el Fuerte de San Carlos confluye en un análisis de su relación con procesos de constitución de la memoria y la identidad de la comunidad.