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El estudio se centra en el distrito El Central (departamento San Martín), localizado en el extremo Este del oasis Norte de la provincia de Mendoza (Argentina). Se trata de un área rural con evidentes características de marginalidad, tanto ambiental por su posición en el límite del oasis, como también por la distancia y el semiabandono que sufre por parte de las instituciones. Los contrastes en su composición poblacional ?constituida por grupos asentados hace décadas y un significativo aporte migratorio de población boliviana y norteña más reciente- contribuyen a definir las actividades agrícolas del lugar y las transformaciones en su perfil productivo. Hábitat disperso, grandes carencias de equipamiento social y de infraestructuras básicas completan un cuadro de escasa integración socioterritorial.Ante esta situación, y considerando la necesidad científica de renovar los abordajes de investigación territorial, se adopta una metodología de trabajo que tiende a vincular estrechamente al equipo científico con la comunidad local. De este modo, se busca formar un equipo de tareas que intenta entender y dimensionar el problema y aportar soluciones reales y consensuadas por toda la comunidad, de manera que sea esta última protagonista de su propio desarrollo.Con el objeto de impulsar el desarrollo territorial sustentable a partir de estrategias comunitarias, se adopta una secuencia metodológica que incluye, entre otros, reuniones comunitarias, entrevistas con referentes institucionales y sociales, encuestas, talleres de capacitación. En ese contexto, se decide realizar un relevamiento socio-demográfico-económico mediante encuestas con una estrategia participativa, debido a la necesidad de contar con información básica del distrito, no disponible de manera oficial. Todo ello, con la misión de organizar, en el territorio y junto con la comunidad local, un diagnóstico compuesto de observación, co-producción de datos confiables e interpretación común de los resultados. Esta tarea compartida con parte de los pobladores resultó un desafío significativo, pero también una gran oportunidad, no sólo de generación de información, sino también de iniciar un proceso de complementariedad y diálogo de saberes entre el equipo de investigación y algunos referentes de la comunidad local.La realización de estas tareas permitió dimensionar el valor, pero también las dificultades de esta modalidad de abordaje. Poniendo en evidencia que este tipo de metodologías requiere de una permanente reelaboración para ir adaptándose a la realidad que quiere investigar y a las posibilidades y dificultades reales que se van presentando. En síntesis, constituye un proceso de aprendizaje mutuo constante.