El problema de la vida en la filosofía contemporánea. Tramas filosófico-políticas en una ontología del presente

VIGNALE, SILVANA PAOLA

Mendoza

Congreso; V Congreso Interoceánico de Estudios Latinoamericanos ?América Latina: movimientos intelectuales, manifiestos y proclamas?; 2014

Facultad de Filosofía y Letras, universidad Nacional de Cuyo.

El problema de la vida se inscribe y despliega en la filosofía contemporánea de diversas maneras. Quizás, la más paradigmática de ellas, es la recepción en nuestro presente de los trabajos de Michel Foucault acerca de las relaciones entre el poder y la vida, y desde la cual se desarrolla una labor dirigida hacia estudios en biopolítica, pero también a debates en torno a la animalidad y a la pregunta por la vida en común, a partir de autores contemporáneos como Giorgio Agamben, Jacques Derrida, Roberto Esposito, Toni Negri, Jacques Rancière, entre otros. Con el objetivo de contribuir a una historia del presente, tarea señalada por Foucault, nos preguntamos ¿cómo se inscribe el problema de la vida en el marco de una ontología del presente? Una posible manera de responder a esta interrogación es considerar el problema desde al menos dos tópicos metodológicos: en primer lugar desde una dimensión arqueológica, en cuanto se evidencia un agotamiento de las categorías modernas relativas al sujeto. En este marco, la noción de vida se inscribe en un horizonte filosófico-político, que alimenta por un lado interrogaciones relativas a la individuación subjetiva y singular, y por otro, indagaciones en torno a la individuación de un sujeto político colectivo. En segundo lugar, mediante una dimensión genealógico-crítica: es la interrogación por los efectos de verdad y subjetivación a partir de los discursos contemporáneos sobre la vida. Hacer una historia del presente supone, por un lado, una reflexión sobre la contemporaneidad (¿qué es ser contemporáneo a nuestros problemas?), y por otro, una reflexión sobre nosotros mismos, sobre quiénes somos en este momento. Se trata de otorgar peso a la pregunta por la subjetivación y por la resistencia. La dimensión crítica apunta, propiamente, a la filosofía como modo de vida, y en este sentido señala no sólo el carácter metodológico de la investigación, sino su dimensión ética y política.