CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

Revisitar la herencia beauvoiriana resulta siempre, para académicas y militantes, un desafío y una conquista; un paso adelante en el entendimiento colectivo de sus categorías centrales, la circulación de sus ideas más lúcidas. Mi punto de partida aquí, será aquello que quedó pendiente en Una lectura de los medios en clave Beauvoir (2011). Decía allí que las intervenciones feministas en la Red son el efecto de la asunción del legado Beauvoir, un legado que se ha modificado y ampliado. De manera paradojal, la Red aparece como el lugar donde menos tienen eco las palabras de la autora francesa, como si la propuesta emancipatoria hubiera dispersado las posibilidades de ser mujer al tiempo que las otras de la historia, las más silenciadas, han podido recuperar sus voces: negras, lesbianas, indias, latinas, tercermundistas (F. Hasan, 2011: 161). En este sentido, la recepción de las ideas de Simone de Beauvoir por parte de lo que se ha denominado ciberfeminismo viene siendo dispar, asistemática, discontínua y espasmódica. El contradiscurso feminista que circula en torno de la figura de Beauvoir pendula hacia una escasa e insuficiente difusión de su pensamiento en los portales de noticias, por un lado, y se multiplica a través de escritos, foros, videodocumentales, libros, documentos, en portales y blogs feministas de colectivas y militantes, por el otro. Dicho de otro modo, en un extremo, fracasa la publicidad de ideas. En el otro, no se excede el ghetto. Como contraejemplo, el documental Simone de Beauvoir - No se nace mujer (Linhart, 2007) resulta una excelente muestra de lo que la Red puede propiciar como espacio cerrado, de retiro y reagrupamiento (Fraser, 1992: 9) y simultáneamente como sitio de la agitación, la enseñanza, la publicidad de ideas, la construcción de agenda.