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El modelo de Mendoza de ciudad oasis inserta en una zona árida se conforma por una compleja combinación de tramas forestal, hídrica, urbana y edilicia; donde el bosque urbano genera entre otros, beneficios en términos de confort. Sin embargo la presencia de los árboles depende de la disponibilidad del recurso hídrico. Este trabajo evalúa la incidencia de la limitación hídrica en el crecimiento de los forestales y el impacto de su presencia en las condiciones de confort para los habitantes. El objetivo es determinar las combinaciones óptimas de distintas configuraciones forestales y edilicias. El primer análisis emplea métodos aportados por la dendrocronología y la fisiología vegetal como disciplinas pertinentes para cuantificar el crecimiento de árboles jóvenes en relación a una disponibilidad hídrica variable. En el segundo enfoque se analiza cómo el nivel de confort térmico es afectado por la modificación de las distintas variables y los diversos escenarios urbanos. En este punto se considera que uno de los principales cambios que causan las ciudades sobre el microclima local es el incremento de la temperatura del aire en el centro urbano respecto de las periferias. Los resultados indican que ciertas especies logran un crecimiento adecuado con acotados aportes hídricos. Las conclusiones en términos de confort aportan nueva información para un adecuado diseño del paisaje urbano. De este modo se busca encaminar el desarrollo del bosque urbano y de la ciudad en su conjunto en el marco de la sustentabilidad ambiental atendiendo a una mejor calidad de vida del habitante y al uso eficiente de los recursos disponibles. Labor desarrollada: Por tercer año consecutivo asistí a las Jornadas, en esta oportunidad de alcance nacional, para difundir y comunicar los avances de la línea de investigación tanto a la comunidad científica como a los profesionales encargados de la producción del hábitat.