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José María Llorens fue un jesuita que acompañó a familias que vivían en los alrededores del basural municipal de Mendoza en los años cincuenta y sesenta. En un contexto de completo abandono por parte del estado, tanto el sacerdote como los que vivían en el basural comprenden que la única forma de salir de esa situación es desafiando el orden legal. De este modo, en los terrenos que habían usurpado, aplanan cerros, hacen cañerías de agua sin permiso y crean una cooperativa de vivienda que da origen al Barrio San Martín. El libro, publicado en el año en que la democracia retornó a la Argentina, es una reflexión de esa experiencia. Su importancia no sólo radica en que es un rescate de la historia de un grupo marginal del interior de la Argentina sino también en que desnuda las vinculaciones entre religión y política en el movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, en esos años.