INCIHUSA   20883
INSTITUTO DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y AMBIENTALES
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
¿El oficio del politólogo?
Autor/es:
ANABELLA ABARZÚA CUTRONI
Revista:
Millcayac. Anuario de Ciencias Políticas y Sociales
Editorial:
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales - Universidad Nacional de Cuyo
Referencias:
Lugar: Mendoza; Año: 2011 p. 67 - 83
ISSN:
1668-060X
Resumen:
Ante las dificultades que en  los últimos años se han señalado para  la ciencia política, este ensayo pretende ser una invitación a la reflexión politológica. Por  ello nos interrogamos sobre la posibilidad del ejercicio de un “oficio del Politólogo” que reafirme la tarea científica de la Ciencia Política contemporánea despojándola de los viejos preceptos positivistas. Nuestros argumentos estarán  permeados por la perspectiva epistemológica del sociólogo Pierre Bourdieu. En términos generales la ciencia política  como disciplina  hizo de un estricto y poco reflexivo apego al método la garantía de la producción de conocimiento científico. Como la otra cara de una misma moneda, la administración pública fundó su actividad de gestión estatal en un recto cumplimiento de los procesos administrativos y el “apego a la norma”.  En este camino el  análisis de lo micropolítico, es decir las conductas de los individuos en determinadas instituciones,  fue acentuándose en desmedro de lo macropolítico, entendido como el estudio de las relaciones sociales de poder que determinan situaciones históricas de dominación. Ya que el universo de reflexión  epistemológica  que nos proponemos es inagotable, acotaremos nuestras referencias al debate generado en torno al artículo de Giovani Sartori “¿Hacia dónde va la Ciencia Política?”  (2004) para proponer que a partir de los desafíos que le plantea su propio objeto, que a su vez debe ser construido  dialécticamente,  la ciencia política debería ser capaz de dar cuenta de las estructuras de dominación y al mismo tiempo de  comprender las motivaciones o el sentido de la acción de los diversos actores políticos contemporáneos. Y que para esto es necesario que los politólogos asumamos el desafío de practicar  la ciencia política como un oficio y establezcamos con nuestras propias prácticas científicas  la especificidad del mismo, una tarea particular en la que se  establezca un acervo de conceptos, problemas, hipótesis y métodos  concretos aunque sin clausurar la posibilidad de diálogo con el conjunto de las ciencias sociales. Todo esto implica llevar adelante nuestra tarea de investigadores con la flexibilidad metodológica necesaria que implica abordar problemas complejos, como por ejemplo el de las democracias contemporáneas.