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El modelo de la agricultura intensiva basada en el aumento de la producción ha demandado altas cantidades de agrotóxicos. La aplicación de excesivas dosis de fertilizantes minerales ha resultado en un dramático incremento del riesgo de difusión de nitrato y fosfato hacia los ecosistemas acuáticos. Esto lleva a la contaminación de los recursos de agua potable y eutrofización de aguas dulces y ecosistemas marinos costeros(Dellatorre et al., 2012).A nivel mundial y también en nuestro país, la agricultura actual pretende respaldarse en el concepto de Buenas Prácticas Agrícolas, la cual desde el punto vista de los fertilizantes, abonos y enmiendas exige que su aplicación esté basada en los requerimientos nutricionales del cultivo y evitar la contaminación de aguas y suelos. En este contexto, los bioestimulantes representan una alternativa altamente valorada debido a su origen orgánico y a sus bajas dosis de aplicación(Halpern et al., 2015). Las algas marinas son excelentes candidatas como bioestimulantes agrícolas debido a su elevado contenido en fibra, macro y micronutrientes, aminoácidos, vitaminas y fitohormonas vegetales. Actúan como acondicionador del suelo y contribuyen a la retención de la humedad. Numerosos estudios han revelado un amplio rango de efectos beneficiosos de la aplicación de extractos de algas a las plantas: favorecen la germinación temprana y el establecimiento de la semilla, mejoran el desempeño y rendimiento, aumentan la resistencia a estrés biótico y abiótico y mejoran la estabilidad de los productos durante la postcosecha(Dmytryk and Chojnacka, 2018). Entre las algas pardas, Undaria pinnatifida representa un recurso natural renovable y abundante en las costas del Mar Argentino. Actualmente, su masiva acumulación representa un problema costero, afecta los recursos turísticos y los ecosistemas marinos y terrestres de la zona(Dellatorre et al., 2012). Por lo tanto, resulta muy atractiva su utilización para el desarrollo de nuevos productos. Sin embargo, el agregado de valor a los subproductos de origen algal es aún un tema de desarrollo incipiente a nivel mundial.En las costas patagónicas actualmente, se realiza la recolección, acopio, secado, molido y envasado de la biomasa algal y a partir del mismo se han caracterizado algunos subproductos primarios. Nuestro proyecto propone la utilización de la biomasa de Undaria (A) para la formación de microcompuestos con el polímero Alginato de Sodio (Alg) que al aplicarse por spray directamente sobre el suelo forman una capa protectora denominada ?mulch? o acolchado agrícola.