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En 1990 Ober, J.-Strauss, B. presentaron uno de los artículos más influyentes de la última década del siglo XX acerca de los entre cruzamientos discursivos que dominan el drama (tragedia y comedia) ático del siglo V. Básicamente, definen entrecruzamiento discursivo a los enunciados que perteneciendo al campo político-religioso, estético-poético y dramático se ven involucrados por la trama trágica y el contexto performativo. Este entrecruzamiento provoca una superposición de posibles sentidos que definen la comunicación establecida entre la escena y el público y que hace del drama ático un fenómeno sólo realizable en un lugar y en un tiempo. Las conclusiones metodológicas de Ober-Strauss son, en cierta manera, el punto cúlmine de las corrientes antropológicas y socio-políticas que dominaron la crítica del drama ático desde la década del 70. Sin embargo, tragedias como Persas de Esquilo quedaron relegadas en su análisis desde estas perspectivas por pertencer a un grupo particular: las tragdias de trama histórica. Hall, E, en su libro Inventing the barbarians de 1989 y en su edición comentada de Persas de 1996 incentivó a leer esta tragedia desde dos perspectivas: la espectacular (o poética como la define Ann Michelini en su estudio de 1982) y la antropológica a través de las que la autora destaca los componentes ideológicos que Esquilo hace intersectar para producir un doble efecto: el encomio de la victoria griega y la tragicidad del del persa derrotado. Frente a este suscinto estado de la cuestión, mi trabajo intenta destacar Persas como una de las tragedias más complejas en cuanto Esquilo dispone en la escena todos los aspectos de la Athenian civic ideology, que se reconocen en todo el corpus trágico, focalizando su atención en un problema central de la pólis: el liderazgo político, la tiranía y las consecuencias de los yerros políticos. Metodológicamente estudio trabaja con el campo metapoético de la transformación trágica de la épica y cuya hipótesis central propone que Esquilo utiliza las caracterizaciones épicas en la configuración del rey Jerjes para minarlo progresivammente hasta hacerlo devenir en personaje trágico. De esta manera, el tragediógrafo logra convertir la historia reciente (guerras médicas producidas 8 años antes de la representación de Persas en el 472 aC.) en trama trágica y puede disponer los mecanismo de distanciamiento y alejamiento (Sourvinou-Inwood 2003) implícitos en el género y absolutamente necesarios para hacer converger los discursos político y dramático.