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Los estudiosos de Ab Urbe Condita han tendido a señalar el retorno del cónsul Gneo Manlio Vulso de su campaña en Asia Menor como el momento histórico en el que Tito Livio habría situado el comienzo de la decadencia moral de los romanos. En esta interpretación ha jugado un papel preponderante la descripción de dicha región que se nos ofrece en la obra. Dicha representación no es una mera construcción de Tito Livio, en ella se reconocen una serie de elementos que forman parte de una tradición etnográfica que se retrotrae hasta la obra de Hipócrates Sobre los aires, aguas y lugares (Girod 1982: 1222-6). Es justamente por la importancia que tienen para este episodio las referencias geográficas que nos presenta el autor que nuestro estudio buscará identificar las características que se le atribuyen a Asia. Sin embargo, este trabajo no pretende limitar su investigación al contexto que sirve de escenario de los acontecimientos, más bien se propone realizar una lectura del episodio de la campaña centrándose en la caracterización que hace el historiador patavino de los galos. Partiremos del análisis de la digresión que el autor sitúa en el momento en que las tropas romanas llegan a la frontera de Galogrecia (XXXVIII, 16). En ella se refiere la migración de los galos a Asia y, asimismo, se advierte una primera presentación de los galos en la que se resalta la esencia de una barbarie propia de los europeos del norte, caracterizada por la ferocitas. Luego, buscaremos establecer algunas relaciones entre esta caracterización que vemos en el excurso y otras, apreciables en libros precedentes de la misma obra, en las que lo que Tito Livio pretende es mostrar una perspectiva propia de los griegos de Asia. Posteriormente, nos detendremos en el discurso que Tito Livio pone en boca del propio cónsul Manlio Vulso y, finalmente, estudiaremos el relato que nos hace el autor de las batallas del monte Olimpo y del monte Magaba.