INVESTIGADORES
CRENZEL Emilio Ariel
congresos y reuniones científicas
Título:
Génesis, usos y resignificaciones del Nunca Más: La memoria de las desapariciones en Argentina
Autor/es:
CRENZEL, EMILIO ARIEL
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; Primeras Jornadas de Difusión de Tesis sobre Memorias y Pasado Reciente; 2011
Institución organizadora:
Núcleo de Estudios sobre Memoria
Resumen:
La historia política del Nunca Más. La memoria de las desapariciones en la Argentina Emilio Crenzel Mi tesis de doctorado reconstruye y examina la historia del informe Nunca Más,  elaborado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), integrada por personalidades de la sociedad civil y representantes de la Cámara de Diputados de la Nación. La CONADEP, creada por el presidente constitucional Raúl Alfonsín el 15 de diciembre de 1983 tras el retorno de la democracia a la argentina, tuvo por objetivos recibir denuncias y pruebas sobre las desapariciones y remitirlas a la Justicia, investigar el destino de las personas desaparecidas y la ubicación de niños sustraídos, denunciar a la Justicia todo intento de ocultar o destruir pruebas vinculadas a estos hechos y emitir un informe final. El Nunca Más, expuso la responsabilidad del Estado en la estructuración y funcionamiento del sistema de desaparición y sus características y dimensiones. De inmediato, este informe se convirtió en un éxito editorial sin precedentes en este tema alcanzando desde su publicación en noviembre de 1984 hasta 2010, 515.330 ejemplares vendidos. La importancia pública del Nunca Más se potenció cuando la investigación de la cual fue resultado y su estilo narrativo y expositivo vertebró, en 1985, la estrategia de la acusación de la fiscalía en el juicio a las Juntas militares y el tribunal legitimó su condición de verdad aceptando su calidad probatoria. Asimismo, el tratamiento original del pasado de violencia política en Argentina convocó la atención de los actores que impulsaban el proceso de democratización en la región. En este contexto, la CONADEP y el Nunca Más fueron analizados por los Estados y diversas organizaciones de derechos humanos como vehículos para tramitar y exponer la violencia política que atravesaron las sociedades del continente en las décadas del setenta y noventa. A partir de ello, las ?comisiones de la verdad? se constituyeron en la región en el principal modo de producir un saber y una verdad sobre estos procesos y, más allá de que estas investigaciones estuvieron o no asociadas a procesos judiciales o que sus informes propusieron otras estrategias narrativas y explicativas, el Nunca Más argentino fue un modelo insoslayable para todas ellas. Desde mediados de los años noventa, el Nunca Más ingresó en Argentina en un nuevo ciclo de difusión masiva al ser postulado como medio para transmitir a las nuevas generaciones un sentido del pasado de violencia política y dictadura. Entonces, fue incorporado al currículo educativo, editado por entregas en periódicos de alcance nacional, y junto a películas sobre el período. Su título fue inscripto en innumerables placas, usado como consigna política y postulado como nombre para diversos museos de la memoria proyectados para preservar y transmitir lo ocurrido. Mediante estos usos, el Nunca Más conservó su lugar de privilegio para interpretar lo ocurrido en los tiempos de violencia pero, al mismo tiempo, sus sentidos fueron objeto de múltiples resignificaciones. La tesis se compone de cuatro capítulos. En ellos, se analiza el proceso de elaboración del Nunca Más, su contenido y la historia de las prácticas que explican sus usos y resignificaciones. El primero, presenta un panorama de la historia política argentina del Siglo XX y precisa las cualidades que distinguieron a las desapariciones en esa intensa historia de violencia política. Expone, luego, el carácter heterogéneo del conocimiento y el reconocimiento de los atributos y la naturaleza de las desapariciones entre sus denunciantes y la configuración paralela entre ellos de un discurso homogéneo, basado en la cultura de los derechos humanos, para denunciarlas. El capítulo contribuye a pensar los obstáculos específicos que instalaron las desapariciones en el plano del conocimiento y la evocación y la adopción, por diversos actores, de un estilo de relato sobre la violencia de Estado que se propone como antecedente del que adoptó el informe Nunca Más. En el segundo capítulo se estudia el proceso político que enmarcó la investigación de la CONADEP. Se analiza cómo esta Comisión constituyó un nuevo conocimiento sobre la dimensión del sistema de desaparición, y un corpus probatorio inédito para juzgar a sus responsables a partir de la articulación de la voluntad de la conducción del Estado y la mayoría del movimiento de derechos humanos. En este sentido, el capítulo, por un lado, postula una nueva interpretación sobre la naturaleza de la CONADEP y de su investigación, visualizada en los estudios sobre la historia reciente argentina y en la literatura internacional sobre justicia transicional sólo como una comisión de "personalidades" o "notables" a través de la cual el Estado se pronunció sobre las violaciones a los derechos humanos. El capítulo propone, en cambio, que el éxito de su investigación y el propio informe, Nunca Más, expresó la síntesis del esfuerzo compartido de los dos actores mencionados. Si, como señala Raoul Girardet, ?la historia de cualquier símbolo empieza en general con un enigma, el del misterio de sus orígenes?, este capítulo contribuye a develar como se constituyó esta narración e interpretación del pasado reciente que se constituyó en su representación emblemática.[1] El tercer capítulo analiza la interpretación que propone el Nunca Más sobre la violencia política, examina el estilo narrativo mediante el cual expone al sistema de desaparición forzada de personas y propone la responsabilidad de sus perpetradores. El capítulo concluye que, siguiendo la conceptualización de Steve Stern, el Nunca Más propuso en la escena pública una nueva "memoria emblemática". Esto es una lectura fundacional sobre la violencia política y las desapariciones la cual integró la narrativa humanitaria forjada durante la dictadura para denunciar este crimen con los postulados que instauró el gobierno del presidente Alfonsín, al recuperarse la democracia política en 1983, sobre este pasado.[2] En el cuarto y último capítulo se examinan los usos y resignificaciones del Nunca Más desde su publicación en 1984 hasta la actualidad. Este análisis muestra como la "memoria emblemática" que el Nunca Más configuró sobre la violencia política y las desapariciones se fue tornando hegemónica, durante el gobierno de Alfonsín (1983-1989), mediante la reproducción de sus claves narrativas e interpretativas en los estrados judiciales, en el discurso público, en el debate político y en las principales producciones culturales sobre este tema mientras su sentido era interpretado, y objeto de disputas públicas, en función de las metas que, en el terreno judicial, dividían a este gobierno, las Fuerzas Armadas y a los organismos de derechos humanos. Asimismo, se analiza cómo, durante los gobiernos del presidente Carlos Menem (1989-1995 y 1995-1999), tras unos años de eclipse editorial, el Nunca Más fue adquiriendo la condición de vehículo para transmitir el pasado reciente. En ese proceso, fue utilizado por distintos grupos de la sociedad civil y luego por una nueva conducción del Estado, el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), para exponer sus propias lecturas sobre la violencia política, las desapariciones y la dictadura. Se propone, por último, que estas intervenciones contribuyeron a la reproducción ampliada del carácter canónico del Nunca Más y, a la vez, resignificaron su sentido al introducir nuevas interpretaciones que cuestionaron ciertas premisas del régimen de memoria que el informe configuró al recuperarse la democracia política en Argentina. Precisamente, la idea que vertebra la tesis es que el Nunca Más conformó un nuevo régimen de memoria sobre la violencia política y las desapariciones en Argentina, que integró ciertos principios generales de la democracia política, los postulados del gobierno de Alfonsín para juzgar la violencia política y la narrativa humanitaria forjada durante la dictadura para denunciar sus crímenes. Propongo el concepto de régimen de memoria para retratar a aquellas "memorias emblemáticas" que se tornan hegemónicas en la escena pública al instaurar, a través de prácticas y discursos diversos, los marcos de selección de lo memorable y las claves interpretativas y los estilos narrativos para evocarlo, pensarlo y transmitirlo. Los regímenes de memoria son resultado de relaciones de poder y a la vez contribuyen a su reproducción. Sin embargo, sería erróneo pensarlos desde una perspectiva mecanicista de la memoria y del poder, ya que si bien su configuración y expansión en la esfera pública es producto de la relación de fuerzas políticas obedece, también, a la integración de sentidos sobre el pasado producidos por actores que, al calor de sus luchas contra las ideas dominantes, elaboran y logran e imponer sus propios marcos interpretativos o se apropian y resignifican otros instituidos por los grupos hegemónicos. La sucesión de regímenes de memoria no es lineal. Por un lado, porque siempre es posible detectar la continuidad de vestigios de regímenes previos en sus sucesores, ya que su trayectoria es resultado de ciertas premisas instituidas por el régimen precedente que el nuevo reorganiza a otro nivel y constituye, a la vez, en las condiciones para la formación del siguiente. Por otro, porque producto de un cambio político o cultural profundo los patrones y claves de un régimen de memoria pueden ser desechados y substituidos por nuevos. Así, los regímenes de memoria comparten el carácter reversible de todo proceso social. La perdurabilidad de un régimen de memoria depende, como la suerte de otro tipo de constelaciones ideológicas, de que sus núcleos interpretativos y narrativos sean reproducidos por diversos actores a lo largo del tiempo y que logren trascender los cambios culturales y políticos en la escena pública. La conformación de los regímenes de memoria es compleja ya que supone la adopción, por diferentes actores, de núcleos propositivos comunes para evocar el pasado. Sin embargo, nunca un régimen de memoria logra uniformizar los recuerdos, o evitar que circulen interpretaciones distintas u opuestas a sus postulados. Estos conflictos no invalidan sino que incluso, cuando no rebasan ciertos marcos, contribuyen a su reproducción en el tiempo. Justamente, la propiedad distintiva de un régimen de memoria radica en que sus proposiciones organizan el debate público, se convierten en objeto privilegiado de las luchas por dotar de sentido el pasado y moldean y delimitan, incluso, las  interpretaciones divergentes.[3] En síntesis, la tesis contribuye a comprender los procesos políticos y culturales que hicieron del Nunca Más el relato que estructuró, desde el retorno de la democracia en 1983, la forma de evocar y pensar a la dictadura, a las desapariciones y a la violencia política en Argentina, y a conocer cómo su sentido está siendo modificado por nuevos modos de rememorar e interpretar estos procesos. Dado el carácter canónico del Nunca Más, este análisis alumbra, a la vez, los cambios y continuidades más substantivos en la memoria social sobre este pasado en el país. [1] Raoul Girardet, ?The three colors neither white not red? en Realms of Memory: rethinking the French past, ed. Pierre Nora, (New York: Columbia University Press, 1998), 5.  [2] Véase Steve Stern, ?De la memoria suelta a la memoria emblemática. Hacia el recordar y el olvidar como proceso histórico (Chile, 1973-1998)? en Memoria para un nuevo siglo: Chile, miradas a la segunda mitad del siglo XX,  ed. Julio Pinto, María Rojas, Mario Garces, Miguel Urrutia, Miriam Olguín and Pedro Milos (Santiago de Chile: LOM, 2000), 11-33. [3] Pienso el concepto de ?régimen de memoria? a partir de las proposiciones de Foucault sobre los ?regímenes de verdad? y de las críticas a Foucault sobre las propiedades de la cultura popular formuladas por Ginzburg. Ver Michel Foucault, Truth and Judicial Forms (New York: New Press, 2000) y Carlo Ginzburg, The Cheese and the Worms: The Cosmos of a Sixteenth-Century Miller (Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1992). La idea sobre la sucesión secuencial y las propiedades de los regímenes de memoria proviene de Rolando García y Jean Piaget, Psychogenesis and the history of science (New York: Columbia University Press, 1989).