INVESTIGADORES
CRENZEL Emilio Ariel
capítulos de libros
Título:
Las fotografías del Nunca Más: Verdad y prueba jurídica de las desapariciones
Autor/es:
CRENZEL, EMILIO ARIEL
Libro:
El pasado que miramos. Memoria e imagen ante la historia reciente
Editorial:
Paidos
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2009; p. 281 - 313
Resumen:
"Las fotografías del Nunca Más. Verdad y prueba jurídica de las desapariciones" Emilio Crenzel Resumen En este artículo se analizarán las fotografías incluidas en el informe Nunca Más. A partir de ello, se examinarán sus lazos con la exposición de una nueva verdad pública sobre las desapariciones y con la elaboración de las pruebas jurídicas para juzgar a sus responsables. El informe Nunca Más fue elaborado en 1984 por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Esta comisión, fue creada en diciembre de 1983 por el presidente constitucional Raúl Alfonsín para investigar el destino de los desaparecidos. El  Nunca Más, ha tenido efectos políticos y jurídicos de suma importancia. En primer lugar, tras su publicación en 1984, se constituyó en un éxito editorial sin precedentes sobre este tema alcanzando, hasta 2007, el medio millón de ejemplares vendidos. También, fue traducido a varios idiomas, e introducido en las aulas para transmitir este pasado a las nuevas generaciones. A través de ello, su relato instauró una nueva verdad pública sobre las desapariciones, que confrontó con la negación, justificación o relativización dictatorial del crimen convirtiéndose, a la vez, en el canon narrativo y explicativo sobre este tema en el país. En segundo lugar, el Nunca Más cobró la calidad de instrumento de justicia al constituirse en el corpus probatorio en el juicio a las Juntas militares. En tercer lugar, adquirió una importancia saliente en las políticas de justicia transicional al transformarse, al compás del proceso de democratización de la región, en un modelo para gobiernos y organismos de derechos humanos que buscaban exponer a la opinión pública los procesos de violencia política que estas sociedades atravesaron en los años setenta y ochenta.   El Nunca Más ha sido tomado por distintas investigaciones como objeto de estudio. Un primer grupo de ellas, se ocupó del informe al intentar comprender el tratamiento de las violaciones a los derechos humanos desde una perspectiva comparativa, estudiando su impacto en la arena de la justicia transicional y, específicamente, su conformación como paradigma de los informes que, sobre los pasados de violencia política, redactaron las diversas “Comisiones de la Verdad” instituidas en la región tras la recuperación de la democracia política. Un segundo grupo de estudios se abocó a entender las continuidades que presentó y los cambios que introdujo en las representaciones e ideas sobre las violaciones a los derechos humanos y su repercusión en el proceso político argentino. A diferencia de estas investigaciones que centraron su análisis en las propiedades del Nunca Más en tanto texto escrito, este trabajo procura examinar las imágenes fotográficas que este informe incluye. Para ello analizará, en primer lugar, la estrategia que determinó el uso de la fotografía como herramienta de la investigación de la CONADEP, y los motivos que impulsaron a esta Comisión a incluir algunas de ellas como parte de su informe público. En segundo lugar, se examinarán las características técnicas que asumen estas fotos poniendo de relieve como su propia factura estuvo determinada por el tipo de conocimiento y de hechos del pasado que la Comisión procuró producir, probar y poner en evidencia a los lectores de su informe. Por último, se analizará la orientación de sentido que proponen estas fotografías sobre el pasado y, en especial, el papel que juegan en la exposición de la materialidad del crimen y en la identificación de sus responsables. Las fotos incluidas en el informe Nunca Más presentaron una novedad saliente con relación a las imágenes fotográficas que, hasta allí, habían sido utilizadas por los organismos de derechos humanos y los familiares de desaparecidos en sus movilizaciones. Estos actores,  habían enarbolado en sus luchas las tradicionales fotos de identificación de las personas desaparecidas como forma de hacerlas presentes en el espacio público, y restituir la existencia de su humanidad negada por la dictadura. En cambio, todas las fotos incluidas en el Nunca Más retratan las fachadas o los interiores de los "Centros Clandestinos de Detención", los espacios de cautiverio ilegal donde fueron alojados los desaparecidos tras sus secuestros. Las desapariciones comportaban fases generalmente publicas –los secuestros- y clandestinas, el cautiverio, tortura y asesinato de los desaparecidos. Los "Centros Clandestinos" habían sido la pieza medular de la trama oculta del crimen. A diferencia de la prisión política clásica, debido a su carácter secreto, encubrían la identidad de los responsables de las desapariciones, escindían a los cautivos del mundo exterior constituyéndolos, en ese acto, en "desaparecidos", anulaban toda posible representación en torno al destino del desaparecido alentando la angustia por su suerte entre sus allegados, restringían las posibilidades de la denuncia y no tenía por objetivo el castigo sino que eran los lugares previos a la muerte. Las fotos incluidas en el Nunca Más retratan sus fachadas, las celdas y otras dependencias interiores de algunos de los Centros Clandestinos inspeccionados por la Comisión durante su investigación. De ese modo, las fotografías operan como evidencias visuales que procuran restituir la materialidad de la fase oculta del crimen mostrándola a la luz pública. La mayoría de las instalaciones retratadas, se corresponden con unidades o dependencias militares o policiales localizadas en diversos puntos del país. De este modo, y en el mismo acto, las fotografías operan proponiendo la identidad de los responsables de las desapariciones y el alcance nacional del sistema clandestino del que formaron parte. Sin embargo, la materialidad retratada en las fotografías es diversa. Por un lado, guarda una distancia crucial con las fotos obtenidas sobre otros procesos de exterminio. No se advierten en ella registros estremecedores del crimen, no exponen pilas amontonadas de cadáveres, ni construcciones edilicias que, por su naturaleza intrínseca, pongan en evidencia su condición de instrumento para causar sufrimiento o dar muerte. Por otro lado, evidencian los distintos grados con los cuales se conservaban, en 1984, los Centros Clandestinos de Detención. Algunas retratan edificaciones de presencia habitual en la vida cotidiana, como comisarías, otras contienen imágenes que, a modo de indicios, dan cuenta del carácter oculto o secreto de los espacios de cautiverio y, varias, apenas evidencian restos que poco dejan entrever la naturaleza de lo que alguna vez fueron esas edificaciones.      Otras fotos incluyen a los propios sobrevivientes que participaron de las inspecciones a los Centros Clandestinos junto a la CONADEP retornando vendados a dichos sitios para reconocer los lugares de su cautiverio secreto o, incluso, huellas que, reconocidas por ellos en las inspecciones, atestiguan su cautiverio clandestino. Mediante estas imágenes, la Comisión resalta el valor de sus testimonios para reconstruir la verdad sobre estos lugares, y constituye a esas declaraciones y a las propias fotografías en pruebas jurídicas al reafirmar la veracidad de la reconstrucción de la escena. De este modo, en ese acto la palabra escrita que emana de los testimonios de los familiares de los desaparecidos y los sobrevivientes de esa experiencia límite, y que la CONADEP incorpora como una de las piezas claves de su informe, y la interpretación de la propia Comisión se ven legitimadas por las fotografías.