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En este estudio preliminar evaluamos los efectos de una intervención cuyo objetivo fue promover el comportamiento pro-social en niños de 6-7 años. Dado que el altruismo es un capacidad corporizada y situada, postulamos que tener la experiencia de una mayor conectividad interna (mediante prácticas que promuevan la integración cuerpo-mente y la seguridad emocional) y una mayor conectividad con otros (mediante juegos cooperativos)favorecerán el comportamiento pro-social. En la investigación participaron 41 niños de 1er grado (A y B) de una escuela pública de Bariloche. Un grado fue el grupo objetivo y el otro, el grupo control. La intervención consistió en 10 sesiones semanales de 50 min . En el grupo objetivo se realizaron actividades cooperativas e instancias (relatos, videos) que activan la seguridad emocional y prácticas de atención plena . En el grupo control, se presentaron relatos y videos vinculados a temáticas ambientales. Antes de comenzar y al final de la intervención se realizó el test de altruismo entre pares. En ambos grupos los niños realizaron actividades plásticas, durante las cuales se registraron comportamientos agresivos.Se comparó el número de interrupciones en la primera y última sesión de atención plena.La práctica de atención plena mejoró a lo largo de la intervención. El número de interrupciones disminuyó significativamente al comparar la primera y la última sesión. Después de la intervención, el altruismo entre pares se incrementó significativamente en el grupo experimental, mientras que en el grupo control no se observó una variación significativa. Encontramos diferencias significativas en la frecuencia de comportamientos agresivos entre el grupo experimental y el grupo control. Concluimos que la intervención incrementó el comportamiento altruista y disminuyó la agresividad, mostrando una alta plasticidad de estos comportamientos, Los niños mostraron mayor predisposición al comportamiento agresivo que las niñas;Las prácticas de atención plena, instancias de seguridad emocional y actividades cooperativas podrían contribuir a disminuir los niveles de agresividad y a promover el comportamiento pro-social en contextos escolares.