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Se midió la conductividad térmica de materiales naturales y de reciclado que podrían ser utilizados como aislantes térmicos, adecuados para mejorar el abrigo de las viviendas. Para ello se construyó un equipo de geometría cilíndrica, apto para medir materiales a granel. Se ensayaron materiales de reciclado, aserrín y viruta de madera, cartón corrugado, papel picado, dos tipos de retazos de tela polar, basura domiciliaria inorgánica, y botellas PET; y materiales naturales, piedra pómez, arena volcánica, paja de cereal de avena, y abono de caballo molido. Se comparó además la conductividad térmica de estos materiales con la resultante convectiva de dejar una cámara de aire. En valor decreciente en calidad térmica se obtuvo: cartón, tela de polar, paja de cereal, abono de caballo, papel picado, basura domiciliaria, piedra pómez y arena volcánica. Los valores absolutos encontrados, entre 0,065 y 0,14 W/mºK, están de acuerdo con la variación citada por otros autores en un rango amplio de densidades y texturas. Los valores obtenidos están todos por encima de la conductividad equivalente de una cámara de aire convectiva de igual geometría, la cual resultó de 0,20 W/mºK. Es interesante observar la ventaja que existe en llenar la cámara de aire con algún material aislante que evite la transferencia de calor por procesos convectivos del aire. Es muy grande la diferencia entre la aislación obtenida con aislantes, cualquiera de los analizados aquí, y la cámara de aire sin rellenos. A partir de este trabajo queremos generar conciencia en la comunidad en el uso de materiales aislantes para mejorar el confort de las viviendas, usando menores cantidades de combustible, produciendo beneficios a largo plazo en el medio ambiente y en la calidad de vida. Los resultados muestran que las aislaciones térmicas, abrigo de los edificios, pueden lograrse con muy bajo costo y con disminución de impacto ambiental por la menor cantidad de materiales depositados en basurales.