INGEOSUR   20376
INSTITUTO GEOLOGICO DEL SUR
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Primeras evidencias de espeleotemas silíceos en la Brecha Cerro Colorado, Sierras Australes, Provincia de Buenos Aires, Argentina
Autor/es:
LEBINSON, FERNANDO; GRILL, SILVIA
Lugar:
Puerto Madryn
Reunión:
Congreso; VII Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología; 2018
Institución organizadora:
CENPAT-CONICET
Resumen:
Los espeleotemas silíceos generados a partir de los procesos de disolución y precipitación de sílice presentan una génesis discutida. Algunos autores (Vidal Romaní et al., 2003, entre otros) incluyen dentro de las etapas de su formación una fase biogénica ligada a la actividad de hongos y bacterias; otros, Aubrecht et al. (2008) plantean un origen exclusivamente biológico (bioespeleotemas) asociado a bacterias heterotróficas o cianobacterias. El presente trabajo aporta los primeros datos sobre espeleotemas silíceos hallados en la ?Brecha Cerro Colorado? (Andreis et al., 1971) de probable edad cretácica (Zárate et al., 1995). Estos depósitos dispuestos a lo largo del Valle de Las Grutas, entre las Sierras de Curamalal y Bravard (Fig. 1), conforman cerros mesas con orientación SO-NE y alcanzan alturas entre 420 y 490 msnm. Están compuestos por clastos principalmente de cuarcitas, con tamaños mayores a 10 cm y cemento silíceo ferruginoso con su típica coloración rojiza.La etapa inicial de nuestro trabajo consistió en la identificación de los espeleotemas en las fracturas y planos de estratificaciónlos de la brecha, considerando que los mismos constituyen microambientes propicios (húmedos y oscuros) para la actividad biológica. Se tomaron muestras para efectuar análisis morfológico (bajo lupa binocular Leica Zoom 200), mineralógico (mediante dispersión por rayos X, con equipo Rigaku Radation Shield) y micropaleontológicos (granos de polen, esporas, algas y material carbonizado ?charcoal?) (con un microscopio óptico NIKON Eclipse 80i).Los espeleotemas silíceos hallados en la Brecha Cerro Colorado, son relativamente pequeños, con tamaños que van desde mm hasta 4 cm. (Fig. 2). La identificación morfológica bajo lupa binocular se efectuó siguiendo la clasificación de Wray (1999) (Fig. 3). Entre las estalactitas se destacan las microformas coraloides, las cuales semejan corales (o coliflores), algunas alcanzan los 5 mm de diámetro y 2-8mm de largo; otras son tabicadas, en general ondulosas, siendo algunos tabiques muy finos (espesor: 1mm) con alturas que alcanzanlos 4 mm. Asociadas a las coraloides se registraron ?popcorn? las cuales difieren de las primeras por sus formas típicas y sus diámetros relativamente mayores, alcanzando los 7 mm. Las microformas cilíndricas y cónicas son menos abundantes en los espeleotemas estudiados que las coraloides, alcanzando las primeras hasta 8 mm de largo y las segundas 2 mm. Entre los espeleotemas tipo flowstones se observaron morfologías laminares muy finas con espesores inferiores a 1 mm, resultando imperceptibles en ellas las estructuras del flujo. Este tipo de formas se relacionan directamente con la morfología de las rocas que tapizan. Las microformas botroidales son similares a las laminares pero de mayor espesor, alcanzan los 7 mm, y en ellas se observan estructuras de flujo. Estas últimas son menos frágiles que las estalactitas. Además de las morfologías descriptas, se observaron formas circulares (?oolitas?) con tamaños variables ≤ 1mm a 4 mm, cuando las mismas adquieren mayor tamaño adquieren formas semejantes a ?champignones? (Aubrecht et al., 2008); en otros casos los contornos gradan a angulares alcanzando los 8 mm de longitud. Todas las muestras presentaron color gris homogéneo y se destaca que la textura en las estalactitas es más porosa que en las flowstones. Los resultados obtenidos a partir de difracción de Rayos X mostraron la presencia de sílice amorfa (ópalo), formas cristalinas de SiO2 y otros minerales como feldespatos y hematita (Fig. 4). El ópalo se reconoce a partir de una amplia banda difusa entre los 15-30º 2θ, en donde a su vez, se destacan picos característicos del cuarzo. En relación al contenido micropaleontológico se registró la presencia de granos de polen (Fig. 5a), esporas de hongos (Fig. 5b) y algas y restos de material carbonizado (Fig. 5c). El polen y las partículas de carbón habrían sido introducidos en los espeleotemas a través del viento y del agua que percola por las grietas, quedando entrampados en las estructuras porosas generadas durante la fase biogénica (Vidal Romaní et al., 2003). El desarrollo ?in situ? de hongos y algas, habría sido favorecido por la alta solubilidad del ópalo (particularmente en las aguas vadosas). Estos microorganismos podrían asociarse a las fases biogénica y de re-solución propuestas por Vidal Romaní et al. (2003). Al final de esta última fase, cuando cesa la infiltración y los espeleotemas se van desecando, todos los microorganismos mencionados, habrían sido enterrados y fosilizados. Los palinomorfos registrados permitirían además corroborar la importancia de la actividad biológica en los procesos de disolución y precipitación de la sílice.