INGEOSUR   20376
INSTITUTO GEOLOGICO DEL SUR
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
REGISTRO DE LA INTERACCIÓN ENTRE PULGAS Y ARMADILLOS EN EL MIOCENO TARDÍO DE LA REGIÓN PAMPEANA, ARGENTINA
Autor/es:
MONTALVO C.I.; EZQUIAGA, M.C.; TOMASSINI R.L.; KIN M.S.
Lugar:
Santa Rosa
Reunión:
Jornada; XII Jornadas Pampeanas de Ciencias Naturales; 2016
Institución organizadora:
Consejo Profesional de Ciencias Naturales de La Pampa
Resumen:
Las trazas bioerosivas en huesos corresponden en general a marcas producidas en el momento de la muerte del vertebrado (vinculadas con depredación) o luego de su muerte, cuando los huesos quedan expuestos y sin tejidos que los protejan. Es raro el registro de trazas producidas cuando el vertebrado estaba aún vivo. Se describen tres perforaciones identificadas en osteodermos móviles de los armadillos (Cingulata, Dasypodidae) Chasicotatus ameghinoi (Euphractinae, Eutatini) y Vetelia perforata (Euphractinae, Euphractini), recuperados de niveles del Mioceno tardío de la Formación Arroyo Chasicó, en el Arroyo Chasicó, sudoeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Las perforaciones, ubicadas en la superficie dorsal de cada osteodermo, consisten en cámaras aisladas de forma subcircular vistas en planta (diámetro mayor entre 1,25 y 3,55 mm), con superficie interna de textura irregular con apariencia corroída. En osteodermos de armadillos actuales se ha verificado la presencia de perforaciones similares producidas por la hembra grávida de pulgas de la especie Tunga perforans (Siphonaptera). El parásito se localiza en el caparazón del armadillo y bioerosiona los osteodermos mediante mecanismos químicos y mecánicos. En la perforación se desarrolla el neosoma de la hembra lleno de huevos, que aumenta de tamaño previo a la oviposición. Interpretamos que las perforaciones descriptas en los osteodermos fósiles serían trazas fósiles bioerosivas cuya producción es comparable con la observada en armadillos actuales afectados por T. perforans. Este hallazgo constituye el registro más antiguo de la interacción entre pulgas y armadillos. Avala además la antigüedad previamente planteada para esta relación y refuerza la propuesta de una coevolución entre estos ectoparásitos y sus huéspedes. Finalmente, estas trazas resultan de interés ya que al ser producidas en el tejido óseo cuando el hospedador aún estaba vivo, brindan nueva información sobre las relaciones tróficas en los ecosistemas del pasado de la región Pampeana durante el Neógeno.