IBCN   20355
INSTITUTO DE BIOLOGIA CELULAR Y NEUROCIENCIA "PROFESOR EDUARDO DE ROBERTIS"
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Efecto del bienestar animal sobre los resultados experimentales: consideraciones prácticas
Autor/es:
AGUSTINA RESASCO
Lugar:
La Plata
Reunión:
Jornada; II Jornada de Bienestar Animal; 2019
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Veterinarias- UNLP
Resumen:
El bienestar de un animal, en la mayoría de las veces , tiene efecto directo sobre su estado interno cuando está siendo utilizado en una investigación biomédica. Los investigadores no siempre distinguen tales efectos y, por lo tanto, no son tenidos en cuenta al momento de preparar los diseños experimentales. Como consecuencia de esto, puede variar la calidad del modelo animal, así como la posibilidad de reproducir las distintas experiencias que se realicen sobre el mismo. A modo de ejemplo, resulta preocupante el bajo porcentaje de éxito que tienen los fármacos que incorporan en los ensayos clínicos, en los que, en promedio, únicamente el 11 % llegan a ser aprobados para su uso comercial. Hoy en día, la mayor causa de exclusión de un compuesto se corresponde con la falta de eficacia del mismo cuando se lo evalúa en humanos, lo que en gran medida está determinado por la calidad del modelo animal utilizado (Kola & Landis, 2004).Los primeros estudios que dieron cuenta de cómo los ambientes pueden afectar la biología de un individuo fueron realizados por la neurocientífica Marian C. Diamond a finales de la década del '60. Sus experimentos fueron fundamentales para entender la plasticidad del cerebro y fue quien resignificó el término ?úsalo o piérdelo? para dicho órgano. En ellos se comparó la estructura cerebral en ratas mantenidas en ambientes enriquecidos y en otros empobrecidos y las diferencias fueron notorias: las ratas que se mantuvieron en las condiciones más complejas presentaron cambios significativos, sobre todo a nivel de la corteza cerebral. Específicamente, el enriquecimiento ambiental fue capaz de aumentar el espesor de la corteza cerebral, la cantidad de células de la glía y el tamaño de las neuronas de la corteza visual, entre otros hallazgos (Diamond et al., 1964; Diamond et al., 1966; Diamond et al., 1967; Diamond et al., 1972). Otro gran aporte al conocimiento sobre la plasticidad del cerebro fue la comprobación de la división neuronal en algunas áreas del cerebro (Gage, 2000). Además, se describió también un efecto pro­neurogénico en el hipocampo tras la administración de antidepresivos (Malberg et al., 2000), asociado a cambios comportamentales (Santarelli et al., 2003). Esto generó que se postulen teorías que adjudican la fisiopatología de la depresión a una posible alteración en dicho proceso de neurogénesis hipocampal (Petrik et al., 2012). Paralelamente, se observó que el enriquecimiento ambiental también puede promover la neurogénesis en el giro dentado del hipocampo en ratones, cuando se compararon con animales alojados en condiciones estándar (Clemeson et al., 2015). Al mantener estos animales en cajas no enriquecidas, se generaron alteraciones comportamentales comparables con dicho proceso de depresión (Fureix et al., 2016). Si bien puede existir una predisposición genética o ambiental que predisponga a la depresión, (Willner et al., 2013) es necesario tener en cuenta que la misma muchas veces se produce a partir de la exposición a un evento estresante en un ambiente adaptativo (Willner et al., 2013). En el laboratorio sucede la situación inversa: en este caso, la depresión se generaría cuando introducimos a los animales en un ambiente que crónicamente les impide desarrollar todo su repertorio conductual y satisfacer sus necesidades comportamentales (Fureix et al., 2016). Si bien estos estudios dan cuenta de la importancia de enriquecer las cajas de los roedores cuando se desean estudiar procesos fisiológicos del cerebro, resulta llamativo que la mayoría de los estudios actuales sean llevados a cabo en las vulgarmente llamadas ?cajas de zapatos?. El ambiente es fundamental, sobre todo en aquellos procesos multifactoriales. Así por ejemplo, la susceptibilidad a la nicotina durante el período juvenil se ve atenuada por la presencia de enriquecimiento ambiental (Adams et al., 2013), así como, además, este es capaz de disminuir el consumo de cocaína y anfetaminas (Stairs et al., 2016).En relación al campo de la oncología, también se observa una compleja interrelación entre los mediadores de estrés agudo y crónico y el desarrollo tumoral. Se ha observado que el estrés social promueve el desarrollo tumoral (Al Wadei et al., 2012) y la cantidad de metástasis (Azpiroz et al., 2008). Inclusive, el aislamiento social es capaz de promover el desarrollo y la malignidad de neoplasiasmamarias en ratas (Hermes et al., 2009). Además, el estrés agudo reduce la actividad de las células NK (Ben­Elyahu et al., 1999) y, específicamente, la adrenalina y la noradrenalina promueven la vasculariza­ción tumoral (Chakroborty et al., 2009).Sin embargo, el efecto opuesto ha sido descripto en un tipo de estrés positivo o eustrés, como es el enriquecimiento ambiental. Para este caso en particular se generó un fenotipo resistente a los tumores en ratones mantenidos en tales ambientes, que tiene como protagonistas a los mismos mediadores que fueron descriptos previamente como promotores del desarrollo tumoral: el sistema nervioso simpático, cuya activación genera la liberación de catecolaminas y el eje hipotálamo­hipófisis­adrenal, que media la secreción de corticosterona (Cao et al., 2010).Parte de los factores de confusión podría deberse a la gran variabilidad que existe en los protocolos de enriquecimiento ambiental empleados hasta el momento, en particular a la presencia o ausencia de ciertos elementos que tienen un gran efecto sobre algunos aspectos fisiológicos de los ratones, tales como las ruedas de ejercicio o el material de nido. Para mejorar el refinamiento de estos modelos animales, se deberían ponderar cada uno de los componentes del enriquecimiento ambiental, de forma de poder aislar su efecto individual. Además, cada incorporación que se realice en la caja, debería tener un objetivo específico para promover las necesidades comportamentales.De lo anteriormente expuesto se propone que un modelo animal es válido únicamente cuando se encuentra dentro de un ambiente apropiado para su correcto funcionamiento. La exposición a condiciones anormalmente simples, si bien puede ser de utilidad para estudiar un proceso biológico específico, puede conducir a resultados artificiales en los que se promueven los falsos resultados, tanto positivos como negativos.