IBCN   20355
INSTITUTO DE BIOLOGIA CELULAR Y NEUROCIENCIA "PROFESOR EDUARDO DE ROBERTIS"
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Problemas del Comportamiento de Eliminación
Autor/es:
MENTZEL RUBÉN EDUARDO ; SNITCOFSKY MARINA
Libro:
Medicina Felina Práctica
Editorial:
Multimédica
Referencias:
Lugar: Sant Cugat del Vallés; Año: 2011; p. 543 - 550
Resumen:
El comportamiento de eliminación cumple varias funciones, además de la obvia de evacuar las excretas resultantes del metabolismo orgánico. En el individuo adulto es un comportamiento centrífugo normal que tiene por finalidad marcar y definir el territorio como un conglomerado de áreas con distintas funciones, identificadas por distintos tipos de marcas olorosas (feromonas) y visuales resultantes de la aspersión, el arañado de superficies y el frotado facial sobre objetos. Las marcas de orina son depositadas principalmente en la intersección de un lugar de paso con un campo territorial, y en los alrededores del mismo. De esta forma comunica su presencia a otros gatos vecinos y brinda información en cuanto a su edad, sexo, estado fisiológico y lugar de pertenencia. Las dimensiones y defensa de estas zonas varían en función de las condiciones ecológicas, el estado emocional, el fisiológico y su nivel de socialización. La orina rociada se investiga por olfateo mucho más que la orina enterrada resultante de la evacuación de la vejiga, y por eso su depósito por aspersión se intensifica en el límite del territorio de agresión (uno de los 3 campos territoriales principales de los felinos, junto con el de actividad y el de aislamiento), no para definir tal límite sino porque es donde hay más probabilidad de encuentros con otros gatos (zonas de alto tránsito). Si embargo dichas marcas provocan pocos cambios en la trayectoria del visitante, sugiriendo que su función no es la de detener a los intrusos sino proveer información individual, temporal y espacial. Otra finalidad es la de rodear al animal de un olor familiar, siendo una señal autocentrada, es decir un mensaje que actúa sobre el propio emisor de la señal. También cumple la finalidad de atraer a las hembras sexualmente receptivas durante la época reproductiva. Las hembras enteras algunas veces también orinan durante la estación reproductiva, con la finalidad de atraer a los machos con sus feromonas sexuales. Las fuentes de feromona corresponden a sacos anales, próstata, glándulas bulbouretrales y la piel de la zona ventral de la cola, y se vehiculizan tanto con la orina como con la materia fecal. Estas son percibidas por olfación y por Flehmen (Foto 1). En el gato macho entero el típico olor de la orina se debe a la presencia de una feromona directamente relacionada con los niveles circulantes de testosterona. El comportamiento eliminatorio normal tiene un importante componente innato. Este es el resultado de la selección natural, que al igual que otras especies, favoreció la conducta de evacuación en lugares alejados de las áreas de actividad o descanso. Pero además los gatos también desarrollaron la capacidad de escarbar y tapar los excrementos (Foto 2). Esto evitaría el contagio o la infestación con parásitos y/o infección con bacterias patógenas presentes en la materia fecal, así como la infestación de huéspedes intermediarios de ciertas tenias como roedores y pulgas, que completarían el ciclo al ser ingeridas por los felinos. También el ocultamiento de las deposiciones evitaría que las mismas actuaran como señal de aviso para las presas naturales de los gatos. En promedio, a los 30 días de edad las crías ya localizan la bandeja sanitaria y exploran el sustrato rascándolo. La madre no le enseña a los gatitos la secuencia de la eliminación, sin embargo el hecho de seguirla cuando se dirige a evacuar, es suficiente aprendizaje como para desarrollar una conducta higiénica adecuada. La secuencia evacuatoria normal se constituye de los siguientes actos: buscar una superficie suelta (sustrato de la bandeja), excavar con los miembros anteriores haciendo un pequeño pozo, adoptar una postura baja para evacuar materia fecal, reconocer los propios excrementos por olfación y taparlos con el sustrato también con los miembros anteriores. Cuando orinan la secuencia es la misma, pero la mayoría no escarban ni tapan la orina. Si bien el olor residual de las deposiciones eliminadas anteriormente en el lugar actúa como señal identificatoria del área sanitaria, el acúmulo de orina o materia fecal es definitivamente aversivo. El escarbar, evacuar y cubrir las heces, y a veces la orina, no parece ser una secuencia controlada exclusivamente por la visión de las heces. Algunos gatos siguen tapando las deposiciones aún después de estar bien cubiertas, otros no escarban en el sustrato pero si en el piso o pared circundante a la bandeja y otros escarban intensamente y después de defecar solo las cubren parcialmente y se van. Posiblemente un factor importante en la expresión de esta conducta, además de los factores individuales, sería la autorregulación de la conducta proveniente de estímulos táctiles y kinestésicos en las patas. En el caso de la aspersión urinaria la secuencia comienza con el gato olfateando el lugar a rociar, siendo generalmente una superficie vertical, aproximadamente a 30 cm del piso, que es la altura de la uretra del gato y también la altura conveniente para ser olfateada por otro individuo. Luego se da vuelta y en posición erecta dirige un chorro de poca cantidad de orina hacia ese lugar, mientras se contrae su cola en posición vertical generando movimientos vibratorios. Estos movimientos podrían ser autonómicos o bien voluntarios, ritualizados, como una señal visual para otros individuos, aunque no involucren una emisión real de orina, como ocurre muchas veces. La postura es igual para machos que para hembras y puede darse tanto sobre objetos inanimados como sobre personas, que el animal estaría reclamando como propias. Las zonas más frecuentemente elegidas son aquellas con alta significación social, como pasillos centrales y límites de la vivienda. Según Beaver, la materia fecal rara vez es utilizada como una marca olfativa, aunque la defecación en áreas elevadas puede servir para este propósito. Los machos muy territoriales de poblaciones libres pueden dejar materia fecal sin cubrir en varias zonas, especialmente a lo largo de caminos hacia áreas de caza. Así mismo los grandes felinos salvajes marcan con orina, con y sin aspersión, y materia fecal los límites de su territorio. El tamaño del territorio de los gatos libres es muy amplio, Overall menciona que en promedio suele estar entre 0,1 y 0,45 has. Dato interesante a tener en cuenta para comparar con la superficie de la mayoría de las viviendas urbanas.