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Desde la propuesta original de DiVicenzo y Loos [1] de utilizar el espín atrapado en punto cuántico como qubit, se han sumado numerosas variantes con el fin de eliminar alguno de los problemas asociados a la implementación. Uno de esos problemas se produce debido a la baja intensidad de acoplamiento entre el espín y los campos magnéticos externos aplicados al punto cuántico. Esto implica que los tiempos de operación [2], por ejemplo para implementar una compuerta cuántica, sean excesivamente largos, permitiendo a los mecanismos de decoherencia arruinar el estado de interés. Para obtener tiempos de operación más cortos, se proponen qubits híbridos, en los cuales la información es guardada en el espín electrónico, mientras que las operaciones sobre el punto cuántico se implementan mediante la aplicación de campos eléctricos. Se analiza la performance de una variante del qubit híbrido propuesto por Tokura y Tarucha [3], basado en un punto cuántico doble con campos magnéticos externos constantes y campos eléctricos variables en el tiempo.