CICTERRA   20351
CENTRO DE INVESTIGACIONES EN CIENCIAS DE LA TIERRA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Análisis hipsométrico de la Cordillera Fueguina: relación entre relieve y clima
Autor/es:
LUCAS OLIVA; MARCELA A. CIOCCALE; JORGE O. RABASSA
Lugar:
Ushuaia
Reunión:
Congreso; VI Congreso Argentino de Cuaternario y Geomorfología; 2015
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Cuaternario y Geomorfología - Laboratorio de Cuaternario y Geomorfología CADIC-CONICET
Resumen:
Se ha hipotetizado que la erosión glaciaria puede denudar rápidamente la topografía situada por encima de la línea de nieves permanentes (ELA - equilibrium line altitude), independientemente de la tasa de levantamiento o la litología, limitando así la altura máxima a la que las montañas pueden elevarse: este fenómeno se conoce como "buzzsaw glaciario" (Mitchell and Montgomery, 2006). El buzzsaw glaciario produce una acumulación de área en un intervalo de elevación próximo a la paleoELA local, y además genera una marcada correlación entre la paleoELA y la elevación media del orógeno, cuya diferencia raramente excede los 1500 m.La actual configuración geomorfológica de la Cordillera Fueguina, en el extremo sur de la Patagonia Argentina, responde a la acción combinada de la deformación tectónica, aun activa, y de la intensa erosión glaciaria producida principalmente durante la Última Glaciación. El presente trabajo pretende determinar la validez de la teoría del buzzsaw glaciario en este segmento de los Andes.Habitualmente, los modelos de evolución del paisaje que incorporan la erosión glaciaria, muestran que la misma se concentra en y por sobre la ELA (e.g., MacGregor et al., 2000). Los glaciares de circo, con áreas de captación reducidas, están fundamentalmente restringidos por la ELA y no pueden socavar el lecho rocoso por debajo de esa cota, que actúa como un nivel de base local para la erosión glaciaria. En lugar de ello, estos glaciares erosionan paulatinamente la cabecera y los laterales del circo, dejando tras de sí superficies suavizadas a una altitud apenas inferior a la ELA, correspondientes al piso del circo. Con la erosión glaciaria maximizada hacia la ELA, las pendientes por sobre esta altitud se tornan progresivamente más pronunciadas, y se vuelven más propensas a los procesos de ladera. Mediante este mecanismo, la erosión glaciaria limita la proporción de relieve que puede ser mantenido entre los picos montañosos y el piso de los circos, restringiendo así la altura de las montañas.Thompson et al (2010) propusieron que al sur de los 45° de latitud S los glaciares de los Andes actuaron como una cubierta protectora de la erosión durante el Cenozoico, produciendo escasa exhumación y en consecuencia tasas de levantamiento reducidas. Ello determinó un incremento relativo en la altura de las cumbres respecto a la paleoELA del Último Máximo Glacial, así como el ensanchamiento de la cordillera a partir de esa latitud. Con estas evidencias, la hipótesis del buzzsaw glaciario no sería factible en la Patagonia Austral. Una aproximación sobre la eficacia de este mecanismo en la Cordillera Fueguina puede realizarse a partir del análisis hipsométrico de su relieve, que provee indicios sobre el grado de erosión glacial de las cuencas conformadas por valles y circos.La Cordillera Fueguina se prolonga de manera continua hasta 130 km al este del límite con Chile, descendiendo en altitud de O a E desde los 1200 m s.n.m. hasta los 800 m s.n.m. A partir de esa distancia, la cordillera aflora en forma de cordones montañosos aislados, con alturas máximas que descienden hasta los 550 m s.n.m. en el extremo SE (Fig.1a). En la porción occidental de esta cadena montañosa, el paisaje es típicamente alpino (posee una típicamente alpina), con predominio de valles, circos, arêtes y horns ampliamente desarrollados (Fig.1b). En el segmento cordillerano conformado por los Montes Martial y las Sierras Vinciguerra y Sorondo, en el SO de la Cordillera Fueguina, la altura media del piso de los circos alcanza los 743 m s.n.m., unos 400 m por debajo de las cimas, y equivale al máximo valor de la distribución hipsométrica (Fig.1d). Las pendientes por sobre la ELA se tornan más pronunciadas y la proporción de área acumulada decrece abruptamente (Fig.1d), originando crestas agudas. Todas estas características poseen la signatura geomorfológica propia del buzzsaw glaciario. No obstante ello, en la porción media de la Cordillera Fueguina, se identificaron relictos de superficies erosivas pre-glaciarias (al menos previas a la Última Glaciación) que no han sido afectadas por el socavamiento de los circos. Estos remanentes constituyen superficies curviplanas de hasta 0,3 km2, situadas entre las cabeceras de dos o más circos o entre un circo y la pared de un valle, y se encuentran a una altura media aproximada de entre 700 y 900 m s.n.m. En el segmento oriental de la cordillera, los circos no alcanzaron a desarrollarse hasta interceptarse entre sí, y las paleosuperficies comprenden casi la totalidad de los interfluvios (Fig.1c). Aquí, la proporción de área acumulada por sobre la ELA decrece gradualmente y tiende a estabilizarse hacia las máximas alturas (Fig.1e), representando interfluvios más suavizados que en el paisaje alpino. Si se asume que estas superficies son esencialmente pre-glaciarias y que no han sido afectadas por la retracción de las paredes de los circos, su morfología estaría respondiendo esencialmente a la erosión fluvial de épocas previas a las glaciaciones del Cuaternario. A medida que la altura de la cordillera disminuye hacia el este, la ELA y la proporción de relieve por sobre la misma también decrecen. En el segmento occidental las condiciones glaciarias perduraron más tiempo que hacia el E, permitiendo que la erosión glaciaria actuara eficazmente sobre la topografía de acuerdo al mecanismo del buzzsaw glacial. En la porción centro-oriental, la subsistencia de paleosuperficies por sobre el nivel de la ELA indica que las glaciaciones fueron menos intensas en ese sector, y la hipótesis del buzzsaw glacial no se verifica. Los histogramas hipsométricos proveen información sobre el grado de erosión glacial en los ambientes de montaña, y pueden ser interpretados en términos de la madurez del relieve.