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Las partículas coloidales son entidades que se encuentran dispersas en un medio continuo y que presentan al menos una dimensión comprendida entre 1 y 1000 nm. La importancia del estudio de las partículas coloidales en los sistemas hídricos naturales, radica en su poder de adsorción de contaminantes orgánicos e inorgánicos (e.g. metales pesados, pesticidas, medicamentos, etc). El Microscopio Electrónico de Transmisión (MET) es una herramienta útil, a partir de la cual se puede observar el tamaño, la estructura y la morfología de las partículas y agregados coloidales. Asimismo, a partir de las imágenes obtenidas en el MET, es posible obtener la dimensión fractal del agregado coloidal. El término fractales fue propuesto por Mandelbrot en la década de los 80 para describir aquellos objetos irregulares y fragmentados de la naturaleza. Los fractales se caracterizan por ser escalantes (tienen el mismo aspecto, independientemente de la escala de observación) y autosimilares (cada parte del objeto es geométricamente semejante al todo), y por poseer una dimensión fractal (Df). Esta última indica la capacidad que tiene el objeto para rellenar el espacio que lo contiene. El estudio de la Df en los sistemas coloidales es interesante, ya que a mayor Df, mayor es la capacidad de adsorción de los coloides. Con la finalidad de obtener la Df de los agregados coloidales, las imágenes del MET son sometidas a un tratamiento informático. El primer paso consiste en la binarización de la imagen, es decir, la separación del objeto (agregado) del fondo de la misma y luego se realiza una esqueletización. El esqueleto es la representación de un objeto por una línea delgada que une los centros geométricos del mismo y conserva sus características homotópicas. En el caso del río Paraná Medio, puede observarse que la Df aumenta aguas abajo.