INVESTIGADORES
NOFAL Silvia Rossana
congresos y reuniones científicas
Título:
La idea de guerra en Tucumán
Autor/es:
NOFAL, ROSSANA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; Memorias y elaboración del pasado reciente en Argentina: localizaciones, actores y perspectivas; 2008
Institución organizadora:
Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES)
Resumen:
Desde su punto inicial, la escritura testimonial disputa un territorio en la categoría artística, en el espacio mismo de la literatura. En este sentido el testimonio actúa por delegación, se ocupa de las cosas que se hablan en los costados de las grandes historias, de las grandes metáforas. De las cosas que están al otro lado del río, del puente, de las columnas, de las paredes, de las ventanas clausuradas, de las tapias fuera de lugar. Todo se sucede en la misma mesa de trabajo, como en el libro de Laura Alcoba, entre las armas y el dulce de leche[1]. Juego de equívocos y de peligros, la dialéctica de la concordancia y de la discordancia permiten un giro desde la centralidad de la trama a la identidad del personaje. En términos de Paul Ricoeur (1999: 224), este desplazamiento que se sucede en la poética permite imaginar un sentido y una identidad referida, principalmente en el acto de lectura. El género testimonial es un terreno con estructuras propias que se identifican con categorías diferentes a las de la ficción a la vez que reivindican un terreno del arte directamente relacionado con la política. No se trata de una asociación caprichosa, sino que responde, al desarrollo general de las estructuras del sentir[2] de intelectuales de los ’70 que consideraban imposible hacer de la literatura un arte desvinculado de la política. El testimonio se apropia de zonas de la condición literaria, de sus tramas retóricas, de las condiciones de la ficción. En términos de opciones críticas sigo los postulados de Elizabeth Jelin. Tomo el concepto de los trabajos de la memoria en tanto la construcción de narrativas sobre los procesos sociales ancladas en la historicidad y con un eje claro en el conflicto y la disputa; los modos del ocultamiento son constitutivos de estas memorias sobre el pasado. Se suma a esta caja de herramientas el concepto de “identidad narrativa” de Paul Ricoeur (1999: 213) entendida como aquella identidad “que el sujeto humano alcanza mediante la función narrativa” [1] “Por el camino de vuelta, me detengo al borde de una u otra zanja de aguas servidas. Tengo un pequeño frasquito para encerrar renacuajos. Por fin vuelvo rápido a tomar la merienda. Hoy es el día en que se limpian las armas. Yo trato de encontrar un pequeño sitio limpio en la mesa atestada de hisopos y cepillos empapados en aceite. No quiero ensuciar mi rodaja de pan untada con dulce de leche” La casa de los conejos, Buenos Aires: Edhasa, 2007. p. 84 [2] Apelo al concepto de “estructura de sentimientos” en el sentido que le da a esta noción Raymond Williams: un concepto que trata de expresar los significados y valores tal como son vividos y sentidos activamente. (1977:150-158). Ver también el Reportaje de Ricardo Piglia a Rodolfo Walsh, en marzo de 1970. En esta oportunidad Walsh delimita los protocolos del género testimonial “Hoy es imposible en la Argentina hacer literatura desvinculada de la política (…) En un futuro, tal vez, inclusive se inviertan los términos: que lo que realmente se aprecie en cuanto a arte sea la elaboración del testimonio o del documento, que, como todo el mundo sabe, admite cualquier grado de perfección. Evidentemente en el montaje, la compaginación, la selección, en el trabajo de investigación, se abren inmensas posibilidades artísticas” en: Roberto Baschetti, compilador, Rodolfo Walsh vivo, Buenos Aires: de la Flor. 1994