INVESTIGADORES
FERNANDEZ Victor Ramiro
artículos
Título:
Clusters en la periferia: borrosidad conceptual, análisis empírico, y políticas públicas. Un Estudio de caso en Argentina.
Autor/es:
FERNÁNDEZ, V. R.; VIGIL, J.I.
Revista:
Comercio Exterior
Editorial:
Banco de Mexico
Referencias:
Lugar: Mexico; Año: 2009 vol. 52 p. 97 - 110
ISSN:
0185-0601
Resumen:
Hace ya casi 10 años, con su artículo crítico sobre la borrosidad conceptual y la falta de rigurosidad, Ann Markusen abrió un debate en torno a lo que ella denominó la ausencia de claridad sustantiva en los estudios del nuevo regionalismo, que desde fines de los 70s fue convirtiéndose sino en un verdadero ?paradigma? del desarrollo en una explicación convincente de los cambios acaecidos como respuestas a las modificaciones en las formas de producción capitalista y organización económico-social. Lejos de pasar desapercibido, dicho reclamo instó la atención e inspiró respuestas de reconocidos ?regionalistas? y que, lejos de apagarse, y mas lejos aun de satisfacerse, sigue latente. Aun cuando el debate regionalista tenía ya casi dos décadas de trayectoria, dicho reclamo tuvo lugar también en pleno auge y extensión de los análisis nuevoregionalistas provenientes no solo de la ciencia política y la sociología sino también de la geografía económica y los estudios sobre transformaciones industriales. Más aún, auge y extensión que posicionaron al enfoque como una dominante y crecientemente hegemónica interpretación postfordistas, conformando así una línea inspiradora de políticas ?oficiales? de desarrollo ya no sólo en regiones de países centrales, como Europa occidental (EC, 1999a), (EC, 1999b), (EC, 1999c) y Estados Unidos, sino también, y a través de la activa implicación de organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en escenarios periféricos como el latinoamericano (Fernández; Amin; Vigil, 2008). En el caso específico de Argentina, se desplegaron programas y políticas dirigidos a fomentar las aglomeraciones productivas (AP) como nodos de competitividad a lo largo de todo el país y en diferentes sectores y subsectores como los de la industria de la madera/mueble, textil, metalmecánica/maquinaria agrícola, o de la insipiente industria del software, así como de los vinculados a los recursos naturales (Ramos, 1999), (Chudnovsky; Castaño, 2003), (CEPAL, 2005), (Mantis, 2005), (ONCTIP, 2006). Si bien es cierto que la borrosidad remite a la diversidad de aportes nuevoregionalistas de las últimas décadas no menos cierto es que ha sido en mayor medida el concepto de Cluster (CL) -y en menor el de Distrito Industrial (DI)- el que adquirió mayor presencia en los programas de política pública. Un posicionamiento dado quizá por el coincidente acento en la ?competitividad? tanto de Porter como ?últimamente- de los policy-makers, quizá por la mayor tendencia y esfuerzo a la construcción de un aterrizaje práctico de Porter y su consultora multinacional Monitor y el Institute for Strategy and Competitivenes, o por la propia escritura de Porter en policy-style; quizá por todas juntas (Martin; Sunley, 2003), (Martin, 2001). Lo cierto es que el concepto de CL parece haber consolidado su posicionamiento dominante entre las categorías vinculadas al desarrollo regional y local, y en el caso específico de América Latina, reforzado su hegemonía por la utilización que han hecho los organismos supranacionales como el BM o el BID, al punto que casi todos los países de la región tienen en marcha un programa de competitividad regional basada en la idea de CL (Fernández; Amin; Vigil, 2008).