IMHICIHU   13380
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE HISTORIA Y CIENCIAS HUMANAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Walter Benjamin y Martín Lutero: dos ironías y un problema
Autor/es:
DEL OLMO, ISMAEL
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; A 500 años de la Reforma: el presente de un pasado; 2017
Institución organizadora:
Universidad de Buenos Aires / Grupo de Investigación en Historia Moderna (GIHISMO)
Resumen:
En septiembre de 1940, antes de suicidarse acosado por la Gestapo y la policía franquista, Walter Benjamin escribió a su amigo Gershom Scholem desde la frontera española encomendándole su posesión más preciada: un ángel. Había comprado el dibujo de Paul Klee en Munich casi veinte antes; quienes más lo conocían coinciden en apuntar la fascinación absoluta que sobre el filósofo ejercía el ?Angelus novus? del artista suizo. Es probable que quienes se interesen por el oficio de estudiar el pasado conozcan esta obra, porque Benjamin señala allí la presencia del ángel de la historia.Sirviéndose del ?Angelus novus? para su muestra Chapter 29, la artista norteamericana Rebecca Quaytman reparó en un detalle hasta entonces ignorado: detrás del ángel, oculta e inaccesible, existe otra obra: un cuadro de Lutero. Esta asombrosa superposición, que cruza las figuras del reformador cristiano alemán del siglo XVI con el filósofo judío alemán del siglo XX bajo el halo del ángel de la historia, puede servirnos de excusa para repensar tres puntos de la herencia luterana a 500 años de las 95 tesis. Concretamente, dos ironías y un problema. ¿No es una ironía saber del retrato de Lutero oculto tras la imagen de un ángel si atendemos a las derivas iconoclastas que tomó la Reforma? Es también una ironía, aunque más oscura y fundamental que aquella del iconoclasmo, que Benjamin, víctima de la cacería racial del nazismo, hubiese adorado una obra que ocultaba el retrato de uno de los más furiosos representantes del antisemitismo pre-moderno, Lutero. Finalmente, la simbólica coincidencia de Lutero, el ángel y Benjamin permite apuntar un problema de largo plazo: si en las Tesis sobre el concepto de historia el filósofo se oponía, vía su crítica a la noción de progreso, al proceso de secularización, la Reforma inaugurada por Lutero suele considerarse un paso decisivo hacia el advenimiento de lo secular. Benjamin, formado en la resistencia romántica a la Ilustración y en el misticismo judío, opondrá a las ideas hermanas de progreso y secularización la necesidad de reintroducir la teología en la lucha profana por la redención humana, entreviendo en la revolución marxista la irrupción del ?tiempo mesiánico? capaz de aquello que el angelus novus, con ?los ojos desorbitados, la boca abierta y las alas tendidas?, está impedido de realizar: detener la marcha de la historia como historia de destrucción y del dominio de los vivos sobre otros vivos y sobre todos los muertos.