IMHICIHU   13380
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE HISTORIA Y CIENCIAS HUMANAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
El destierro de los moriscos y el agotamiento del 'ecclesiar' en la España postridentina
Autor/es:
CONSTANZA CAVALLERO
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Taller; Creencia, poder y lazo social en la Edad Media; 2017
Institución organizadora:
Grupo Dytem - Proyecto UBACyT 'La Ecclesia, la fe y lo público en la Edad Media'
Resumen:
Mi intervención en este taller de trabajo versó sobre un problema teórico específico: el agotamiento del ´ecclesiar´. En los últimos años, nuestro pensamiento colectivo (como miembros del Grupo DyTEM) giró en torno de esta última noción. Con el neologismo mencionado intentamos dar nombre a una operación, a una forma específica de mandar y de crear lazo social que sería propia de la Edad Media. Definimos esta operación como la acción de calificar, clasificar y jerarquizar sujetos, colectivos, acciones dentro de una escala orientada a la salvación, es decir, como la acción de inscribir (e inscribirse) dentro de una progresión gradual de acercamiento a lo divino. Sostuvimos también como posibilidad que todo elemento, al ser inscrito dentro de esta escala con pretensiones salvíficas, adquiriría carácter 'público'. En otras palabras, en estas ´sociedades sin Estados´, todo elemento sería dotado de cierto grado de ´publicidad´ por el hecho mismo de participar del movimiento que fundaba, unificaba y dinamizaba a la sociedad, cuyo fin concernía a todos: la salvación de las almas. Mi presentación buscó reflexionar respecto del impacto de las Reformas Protestante y Católica sobre dicha operación denominada 'ecclesiar' y, en particular, mostrar en qué medida un estudio de caso, como el de la expulsión de los moriscos, nos prueba que no es posible en modo alguno pensar una eventual persistencia del ´ecclesiar´ como mecanismo fundante del lazo social en el período moderno. En dicha coyuntura, los fines meramente políticos, sobre todo la idea de 'seguridad del Estado', primó sobre las normas del derecho canónico, la moral cristiana e, incluso, sobre las obligaciones comunitarias que imponía el sacramento del bautismo.