¿El triunfo de un proyecto?

MANZI, LILIANA M.; LEMOS SOUZA, RENNAN; PEREYRA, M. VIOLETA

Buenos Aires

Conferencia; II Conferencia de Egiptología Latinoamericana; 2016

Facultad de Filosofia y Letras, Universidad de Buenos Aires

La iconografía preservada en las tumbas de los funcionarios de Amarna y Tebas es considerada como expresión de la materialización de proyectos políticos asociados -en el primer caso- a las reformas de Akhenatón y la idea de purificación, y a la recuperación del protagonismo y exaltación de la elite, en el segundo. La organización urbana de una y otra respondieron asimismo a las necesidades definidas por los rituales, dando forma a un paisaje en el que podía ser reconocido un modelo político, que se sustentaba en una organización territorial siempre visible y en una estrategia de circulación que lo dinamizaba.La peculiaridad de sendos proyectos no obstante muestra que la duración del primero fue tan breve como la extensión temporal del poder ejercido por su principal conductor, Akhenatón, en tanto que la segunda trascendió el efímero tiempo de vida de sus protagonistas y, adoptando algunas de las fórmulas de disciplinamento social del rey reformador, logró darle permanencia en un modelo que las conciliaría con los intereses de la elite tebana adaptándolas a la vez a la nueva dinastía. En el proyecto ramésida se renuevan las formas de interacción social, de acuerdo a lo que la arqueologia de la ciudad real revela. No obstante, se pueden encontrar tanto en la necrópolis como en paisaje y el urbanismo de Amarna los vestigios de una dinámica social que constituye su antecedente.En la Tebas ramésida el occidente expresa el poder real bajo formas ?amarnianas?, dando cuenta del triunfo -en este sentido- de un aspecto del proyecto político de Akhenatón, que subyace luego de la restitución del culto a Amón. Así, en el oriente tebano se desarrollaron otras formas de exaltación de la figura real que los relieves militares ponen de manifiesto a partir de Seti I. La reformulación del programa decorativo de los templos representó una resignificación del espacio ceremonial y, en consecuencia, la materialización de un nuevo proyecto político con profundas raíces en el anterior e ideológicamente articulado con la nueva teología ramésida de Amón.