IMHICIHU   13380
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE HISTORIA Y CIENCIAS HUMANAS
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Circulación humana y modos de interacción al sur del río Santa Cruz
Autor/es:
BORRERO, L.A., J. CHARLIN, R. BARBERENA, F. MARTIN, K. BORRAZZO Y L. L´HEUREUX
Libro:
Arqueología del Extremo Sur de América del Sur
Editorial:
CONICET - IMHICIHU
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2008; p. 155 - 174
Resumen:
Se presenta una evaluación preliminar del papel de la zonación espacial y el modo de uso del espacio en un sector intermedio entre la zona pericordillerana y aquella que incluye el Campo Volcánico Pali Aike (CVPA) y la costa. Este sector es esencial para discutir no solamente la interacción entre estas regiones,  sino para aclarar si es posible hablar de “zonas vacías” en esa área  y su significado en términos de límites entre poblaciones. El poblamiento y dispersión humanos tardíos en la Patagonia meridional están relacionados con una demografía humana baja. Nuestros trabajos previos indicaron la existencia de zonación en el uso humano del espacio utilizando la procedencia de materias primas líticas, isótopos estables sobre huesos humanos y otras propiedades del registro arqueológico en general –como diseños de instrumentos- (Borrero et al. 2006a). Sin embargo, el patrón registrado es de ocupaciones intensas y redundantes muy localizadas (“nodos” -generalmente en cuevas, con raras excepciones como Laguna Thomas Gould, un sitio estratificado a cielo abierto [Massone 1989-90]-) y ocupaciones efímeras y dispersas a cielo abierto, en paredones de baja protección o en aleros.Bajo estas condiciones, dentro del marco de una distribución relativamente homogénea de recursos alimenticios y minerales, no se generan muchas expectativas para la existencia de territorialidad marcada, particularmente hacia el interior. La escala temporal del análisis es multigeneracional y funciona dentro de un bloque ca. 4500-500 AP y un espacio ambientalmente heterogéneo que, de Norte a Sur, incluye el sector de morros y lagunas de las cabeceras del río Gallegos y las islas al Sudeste del istmo Otway-estrecho de Magallanes. Se trata de una banda longitudinal de unos 60 km de ancho. La ubicación de la isla Isabel, así como algunos hallazgos ya mencionados, la hace candidata a representar un hito en la circulación canoera hacia el oriente y en la eventual comunicación entre el continente y Tierra del Fuego (Ortiz Troncoso 1971). Tanto en la isla como en el continente está implicado el tema del ecotono bosque-estepa, ya que Paso del Roble es y ha sido un espacio ecotonal, para el que Rogers (1879) describió la presencia de “robles enanos”. Schäbitz (1991) habla de la presencia de bosque en cabeceras del Gallegos desde ca. 3500 AP, por lo que esta franja ecotonal pudo haber fluctuado dentro del espacio de investigación durante todo el período de nuestro interés. El espacio cordillerano puede verse como alternativamente caracterizado por bosques más abiertos y más cerrados (Huber et al. 2004: 1086), lo que facilitaría o dificultaría la circulación humana con posterioridad a la aparición del bosque. A su vez, esto plantea dificultades preservacionales y de visibilidad arqueológica particulares (Borrero y Muñoz 1999). Se trata de una zona intermedia entre las que hemos trabajado en proyectos anteriores, en el curso superior del río Santa Cruz-Baguales (Borrero et al. 2006a) y en CVPA-Cabo Vírgenes (Barberena et al. 2006). En otras palabras, se ubica entre la zona cordillerana, caracterizada isotópicamente como de ‘dietas terrestres’ y la del CVPA y costa, caracterizada como de ‘dietas mixtas’. Hacia el Norte, en el curso medio del río Coyle, el proyecto de la UNPA muestra un caso con dieta terrestre (Belardi et al. 2006). Es menos detallado el conocimiento del curso superior del río Gallegos y sector central del estrecho de Magallanes, región que puede tener un papel clave en la interpretación de la movilidad e historia ocupacional regional. Lo poco que conocemos fue construido principalmente sobre la base de colecciones que poseen malas condiciones de hallazgo y relatos de viajeros (H. Roehr com. pers., Ortiz Troncoso 1972, Martinic y Prieto 1985-1986).  Bajo las condiciones  de déficit hídrico que caracterizan a esta región (Mayr et al. 2007) se considera a los ríos como vectores de circulación en el interior (Carballo Marina 2006), y a las fajas de vegas asociadas (Mazzoni y Vázquez 2004) como concentradoras de fauna y reparo. Esos espacios son adecuados para ser componentes clave de los circuitos de movilidad. La movilidad entre cuencas debió servirse de lagunas, asociadas hacia el oriente con aparatos volcánicos, como Laguna Azul o Potrok Aike.