Península Valdés centro excepcional de la ganadería patagónica

CARLOS MARÍA GORLA

Hacia un modelo de gestión de calidad turística sustentable.

Lugar: Buenos Aires; Año: 2008;

Las condiciones favorables que reúne la Península Valdes para la explotación de la ganadería ya fueron advertidas cuando España inicio la ocupación de la Costa Patagónica, hecho que reafirmo Viedma en la Memoria que elevo al Virrey Márquez de Loreto, el primero de mayo de 1784,en la cual decía, respecto al Puerto de San José, que a “todo ofrecen proporción a aquellos terrenos: comentando la cría de ganado puede abundar con el tiempo, en termino que se saque algún fruto de sus cueros y de las carnes; pues allí será muy fácil y barato este comercio, por la abundancia y excelente sal de sus salinas, y ser de superior calidad aquellas carnes a la de los campos de Montevideo y Buenos Aires, por lo salitroso de sus pastos”. Planteado el futuro desarrollo ganadero de la Patagonia, a partir de la campaña de Roca, que la definiría como la principal región ovina de país, se analizan en este trabajo: 1) Las condiciones naturales de la Península Valdes, considerando entre otros aspectos la necesidad de dotar a sus campos del agua indispensable para el manteamiento de las majadas y la legislación de tierras para su ocupación. 2) El poblamiento de la Península de Valdes entre 1886 y 1905, analizando como ejemplo relevante del mismo el establecimiento ganadero “Vades Creek”, el cual en ocasión de la visita que realizó Carl C. Taylor, de la Lousiana State Univercity, entre marzo de 1942 y abril de 1943, lo califico como el “único modelo de explotación realizada en grandes extensiones por medio de puesteros habilitados”  sistema que se diferenciaba de la explotación aplicadas en otras estancias de la Patagonia. 3) La explotación ganadera en la Península Valdes abordando: a) la formación racial de sus majadas, b) la incidencia de la Primera Guerra Mundial en su orientación, c) la solución para evitar la sobre carga animal en los campos, d) la formación de las primeras cabañas en la Península Vades. Las condiciones naturales y los trabajos emprendidos convirtieron a la Península Valdés en una atractiva y ejemplar zona productora de lanas finas y cruza finas y su ejemplo se propagó, poco a poco, en la región, extendiéndose a toda la zona de su influencia, abarcando Viedma, San Antonio Oeste, Camarones, etc., produciendo un cambio cualitativo en las explotaciones ganaderas. De esta manera se confirmaron los juicios que dos siglos antes se formularon acerca de las condiciones favorables que reunía la Península Valdés para la ganadería.