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El Valle Inferior del Río Chubut, espacio agrícola de la Patagonia, forjado por galeses, vio reactivado su modelo productivo por migrantes de origen boliviano en la década del ochenta, quienes a través de la horticultura, contribuyen a procesos de reterritorialización con una fuerte impronta cultural. El espacio del valle se re-organiza a partir de los nuevos pobladores andinos que revelan como parte de la dinámica rural, cambios en los tipos de cultivos, nuevas formas de tenencia de la tierra, re-introducción del trabajo familiar, emergencia de un sistema agrícola diversificado, como también surgimiento de nuevas estrategias de comercialización. Con la migración boliviana se detectan procesos de movilidad espacial, de asentamiento y de dispersión en el territorio que fueron creciendo desde fines del siglo XX, conjuntamente con el aumento de esa población. El objetivo de la ponencia es analizar las lógicas geográficas que sustentan el circuito espacial de producción hortícola cuyos actores son los migrantes bolivianos. La migración se convierte en una estrategia de vida para las familias bolivianas en el valle a fin de diversificar su economía y lograr una movilidad social y económica. El uso de redes familiares y de paisanaje para el desplazamiento territorial con fines laborales, los lazos continuos con la comunidad de origen. Estas redes sociales posibilitan también la flexibilidad territorial en el valle en búsqueda de tierras fértiles y contratos de trabajos favorables que posibiliten su movilidad social. Los migrantes inscriben su identidad en el espacio no solo en el paisaje sino también con comportamientos singulares y consolidan un nuevo nodo, el Valle Inferior del Río Chubut, como parte del sistema territorial organizado en la Argentina y con Bolivia.