INSUGEO   12554
INSTITUTO SUPERIOR DE CORRELACION GEOLOGICA
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Historia geológica de Salta y reflexiones sobre los Andes. Breve ensayo de Filosofía de la Geología.
Autor/es:
ALONSO, R.N.
Editorial:
Mundo Editorial
Referencias:
Lugar: Salta; Año: 2010 p. 125
ISSN:
978-987-1618-08-8
Resumen:
Si viviéramos solo una mil millonésima de segundo y estuviéramos parados en la punta de una ola marina pensaríamos, sin dudar, que la ola está quieta. Nuestras vidas son aún más cortas en la infinitud de los tiempos geológicos y cosmológicos. De allí que todo nos parezca estático, fijo, anclado desde el "principio de la creación". Sin embargo, nada está más lejos de la realidad. Retazos de mundos largamente desaparecidos se encuentran distribuidos y atesorados en la médula de nuestras montañas y en el profundo subsuelo de nuestras llanuras. Los restos geológicos más antiguos de Salta son cristales de circón de 1.800 millones de años de antigüedad, pero la historia geológica bien documentada se remonta a unos 600 millones de años atrás cuando extensas cuencas oceánicas, en un planeta congelado, cubrían gran parte del actual territorio que ocupa el noroeste argentino. Las rocas y los fósiles de las montañas salteñas avalan tiempos pretéritos de océanos y continentes desaparecidos, de una permanente metamorfosis de paisajes y relieves que fluyen a lo largo de las edades. Continentes y océanos que se ensamblan y separan, montañas y llanuras, mares cálidos o helados, desiertos secos y calientes, selvas de coníferas, playas, glaciares y otros diversos ambientes, fueron mutando y sucediéndose en el largo devenir del Eón Fanerozoico. La "ola" orogénica que configura los Andes Centrales comenzó a formarse durante el Cenozoico. Unos 65 millones de años atrás, extensos cuerpos de agua cálidos donde se depositaban calizas y arenas blancas, cubrían desde el límite con Paraguay hasta el norte de Chile, arrasados al nivel del mar. Hoy esas rocas carbonáticas, portadoras de uranio, cobre y petróleo, yacen a más de 4 km de altura en la Puna y 6 km de profundidad en la llanura chaqueña como una prueba manifiesta de la enorme deformación tectónica. El propio Valle de Lerma, asiento de la ciudad de Salta, no existía como tal hace un millón de años y dentro de otro millón de años habrá desaparecido para siempre, engullido por la orogenia andina que lo creó y que necesariamente lo eliminará. En este ensayo de filosofía geológica, escrito para el público en general, se reflexiona sobre el origen y evolución del norte argentino a lo largo de eras y eones. Con la mente y el martillo (mente et mallea) y a través de un apasionante viaje del pensamiento, nos hundimos en el abismo del tiempo a bucear en la geología íntima de los Andes salteños.