INSUGEO   12554
INSTITUTO SUPERIOR DE CORRELACION GEOLOGICA
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
HIDROGEOLOGIA DEL SECTOR OESTE DE LOS DEPARTAMENTOS CRUZ ALTA Y LEALES, PROVINCIA DE TUCUMAN, REPUBLICA ARGENTINA.
Autor/es:
GARCÍA, J. W. Y ACEVEDO, N.
Revista:
Serie Monografica y Didactica Facultad de Cs. Naturales e I.M.l.-UNT
Editorial:
Facultad de Cs. Naturales e IML-UNT
Referencias:
Lugar: Tucuman; Año: 2013 vol. I p. 215 - 216
ISSN:
0327-5868
Resumen:
El área de trabajo se ubica en el sector central de la provincia de Tucumán abarcando una
superficie aproximada de 350 Km2, al Oeste de los departamentos de Cruz Alta y Leales.
Pertenece a una porción del área hidrogeológica del Valle del Río Salí de 8.000 Km2, y
constituye una llanura aluvial, productiva e intensamente explotada con fines agroindustriales.
En este sector el clima es templado moderado lluvioso, con invierno seco no riguroso y la
temperatura media anual oscila entre 18º y 20º C. Las precipitaciones pluviales se concentran
en los meses de primavera y de verano, siendo la media anual del orden de 800 a 900 mm.
En algunos sectores de la llanura no existe red de agua potable, lo que sumado a la
variabilidad de las precipitaciones y la deficiente calidad del agua superficial del río Salí, ha
llevado a buscar alternativas para el suministro de agua potable y de riego, basados en la
captación de aguas subterráneas mediante pozos del orden de 200 m de profundidad.
Para caracterizar el recurso se realizaron estudios hidrogeológicos de detalle; se determinaron
las unidades geológicas-geomorfológicas, a través de imágenes satelitales y se confeccionaron
diversos mapas, geológico regional, hidrogeológico, geoeléctricos e hidroquímicos.
Se realizaron sondeos eléctricos verticales y con los resultados se diseñaron mapas de
resistividad de los niveles acuíferos y perfiles geoeléctricos.
Con la información de pozos antecedentes se dibujaron perfiles longitudinales y transversales,
que permitieron correlacionaron las capas sedimentarias del subsuelo del área.
Se interpretaron análisis de aguas antecedentes del área, lo que nos permitió hacer una
caracterización iónica de las aguas y clasificarla para diferentes usos.
En general puede concluirse que en el sector analizado existen tres paquetes acuíferos
multicapas, de tipos intergranulares, con buenas porosidad primaria y permeabilidad.
El superior es el acuífero libre, ubicado en los primeros 20 m de profundidad, que en general,
no es explotado, debido a su alta carga bacteriológica contaminante y a que en algunos
sectores tiene presencia de arsénico. En áreas rurales sin red de agua potable, aun existen
pozos cavados que captan este nivel acuífero y que ponen en riesgo la salud de la población.
El segundo paquete acuífero o intermedio, es el nivel más explotado de la región, se
desarrolla desde los 30 a 140 m de profundidad. Los pozos tienen caudales de bombeo
promedio de 100 m3/h, mientras que los caudales específicos o rendimientos medios son de
10 m3/h/m, con aguas de buena calidad química.
Por último, el tercer paquete acuífero se desarrolla a partir de los 140 m de profundidad hasta
una base que no fue alcanzada, pero se estima que estaría por debajo de los 300 m de
profundidad. Los pozos de este nivel acuífero tienen caudales de bombeo y rendimientos
medios de 180 m3/h y 20 m3/h/m respectivamente, lo que indica un excelente rendimiento,
con aguas de buena calidad química.
En el área hay pozos de más de 100 m, con surgencia natural y descarga descontrolada, que
generan encharcamiento de suelos y pérdida de presión y caudal del recurso subterráneo.
Para preservar el recurso hídrico se deben extender los estudios hidrogeológicos a otras áreas
de la llanura y hacer una gestión integral del mismo, que incluya el tratamiento de efluentes
industriales y domésticos de la cuenca del río Salí, la extensión las redes de agua potable a
zonas rurales dispersas y el control de pozos surgentes, entre otras medidas.2, al Oeste de los departamentos de Cruz Alta y Leales.
Pertenece a una porción del área hidrogeológica del Valle del Río Salí de 8.000 Km2, y
constituye una llanura aluvial, productiva e intensamente explotada con fines agroindustriales.
En este sector el clima es templado moderado lluvioso, con invierno seco no riguroso y la
temperatura media anual oscila entre 18º y 20º C. Las precipitaciones pluviales se concentran
en los meses de primavera y de verano, siendo la media anual del orden de 800 a 900 mm.
En algunos sectores de la llanura no existe red de agua potable, lo que sumado a la
variabilidad de las precipitaciones y la deficiente calidad del agua superficial del río Salí, ha
llevado a buscar alternativas para el suministro de agua potable y de riego, basados en la
captación de aguas subterráneas mediante pozos del orden de 200 m de profundidad.
Para caracterizar el recurso se realizaron estudios hidrogeológicos de detalle; se determinaron
las unidades geológicas-geomorfológicas, a través de imágenes satelitales y se confeccionaron
diversos mapas, geológico regional, hidrogeológico, geoeléctricos e hidroquímicos.
Se realizaron sondeos eléctricos verticales y con los resultados se diseñaron mapas de
resistividad de los niveles acuíferos y perfiles geoeléctricos.
Con la información de pozos antecedentes se dibujaron perfiles longitudinales y transversales,
que permitieron correlacionaron las capas sedimentarias del subsuelo del área.
Se interpretaron análisis de aguas antecedentes del área, lo que nos permitió hacer una
caracterización iónica de las aguas y clasificarla para diferentes usos.
En general puede concluirse que en el sector analizado existen tres paquetes acuíferos
multicapas, de tipos intergranulares, con buenas porosidad primaria y permeabilidad.
El superior es el acuífero libre, ubicado en los primeros 20 m de profundidad, que en general,
no es explotado, debido a su alta carga bacteriológica contaminante y a que en algunos
sectores tiene presencia de arsénico. En áreas rurales sin red de agua potable, aun existen
pozos cavados que captan este nivel acuífero y que ponen en riesgo la salud de la población.
El segundo paquete acuífero o intermedio, es el nivel más explotado de la región, se
desarrolla desde los 30 a 140 m de profundidad. Los pozos tienen caudales de bombeo
promedio de 100 m3/h, mientras que los caudales específicos o rendimientos medios son de
10 m3/h/m, con aguas de buena calidad química.
Por último, el tercer paquete acuífero se desarrolla a partir de los 140 m de profundidad hasta
una base que no fue alcanzada, pero se estima que estaría por debajo de los 300 m de
profundidad. Los pozos de este nivel acuífero tienen caudales de bombeo y rendimientos
medios de 180 m3/h y 20 m3/h/m respectivamente, lo que indica un excelente rendimiento,
con aguas de buena calidad química.
En el área hay pozos de más de 100 m, con surgencia natural y descarga descontrolada, que
generan encharcamiento de suelos y pérdida de presión y caudal del recurso subterráneo.
Para preservar el recurso hídrico se deben extender los estudios hidrogeológicos a otras áreas
de la llanura y hacer una gestión integral del mismo, que incluya el tratamiento de efluentes
industriales y domésticos de la cuenca del río Salí, la extensión las redes de agua potable a
zonas rurales dispersas y el control de pozos surgentes, entre otras medidas.2, y
constituye una llanura aluvial, productiva e intensamente explotada con fines agroindustriales.
En este sector el clima es templado moderado lluvioso, con invierno seco no riguroso y la
temperatura media anual oscila entre 18º y 20º C. Las precipitaciones pluviales se concentran
en los meses de primavera y de verano, siendo la media anual del orden de 800 a 900 mm.
En algunos sectores de la llanura no existe red de agua potable, lo que sumado a la
variabilidad de las precipitaciones y la deficiente calidad del agua superficial del río Salí, ha
llevado a buscar alternativas para el suministro de agua potable y de riego, basados en la
captación de aguas subterráneas mediante pozos del orden de 200 m de profundidad.
Para caracterizar el recurso se realizaron estudios hidrogeológicos de detalle; se determinaron
las unidades geológicas-geomorfológicas, a través de imágenes satelitales y se confeccionaron
diversos mapas, geológico regional, hidrogeológico, geoeléctricos e hidroquímicos.
Se realizaron sondeos eléctricos verticales y con los resultados se diseñaron mapas de
resistividad de los niveles acuíferos y perfiles geoeléctricos.
Con la información de pozos antecedentes se dibujaron perfiles longitudinales y transversales,
que permitieron correlacionaron las capas sedimentarias del subsuelo del área.
Se interpretaron análisis de aguas antecedentes del área, lo que nos permitió hacer una
caracterización iónica de las aguas y clasificarla para diferentes usos.
En general puede concluirse que en el sector analizado existen tres paquetes acuíferos
multicapas, de tipos intergranulares, con buenas porosidad primaria y permeabilidad.
El superior es el acuífero libre, ubicado en los primeros 20 m de profundidad, que en general,
no es explotado, debido a su alta carga bacteriológica contaminante y a que en algunos
sectores tiene presencia de arsénico. En áreas rurales sin red de agua potable, aun existen
pozos cavados que captan este nivel acuífero y que ponen en riesgo la salud de la población.
El segundo paquete acuífero o intermedio, es el nivel más explotado de la región, se
desarrolla desde los 30 a 140 m de profundidad. Los pozos tienen caudales de bombeo
promedio de 100 m3/h, mientras que los caudales específicos o rendimientos medios son de
10 m3/h/m, con aguas de buena calidad química.
Por último, el tercer paquete acuífero se desarrolla a partir de los 140 m de profundidad hasta
una base que no fue alcanzada, pero se estima que estaría por debajo de los 300 m de
profundidad. Los pozos de este nivel acuífero tienen caudales de bombeo y rendimientos
medios de 180 m3/h y 20 m3/h/m respectivamente, lo que indica un excelente rendimiento,
con aguas de buena calidad química.
En el área hay pozos de más de 100 m, con surgencia natural y descarga descontrolada, que
generan encharcamiento de suelos y pérdida de presión y caudal del recurso subterráneo.
Para preservar el recurso hídrico se deben extender los estudios hidrogeológicos a otras áreas
de la llanura y hacer una gestión integral del mismo, que incluya el tratamiento de efluentes
industriales y domésticos de la cuenca del río Salí, la extensión las redes de agua potable a
zonas rurales dispersas y el control de pozos surgentes, entre otras medidas.3/h, mientras que los caudales específicos o rendimientos medios son de
10 m3/h/m, con aguas de buena calidad química.
Por último, el tercer paquete acuífero se desarrolla a partir de los 140 m de profundidad hasta
una base que no fue alcanzada, pero se estima que estaría por debajo de los 300 m de
profundidad. Los pozos de este nivel acuífero tienen caudales de bombeo y rendimientos
medios de 180 m3/h y 20 m3/h/m respectivamente, lo que indica un excelente rendimiento,
con aguas de buena calidad química.
En el área hay pozos de más de 100 m, con surgencia natural y descarga descontrolada, que
generan encharcamiento de suelos y pérdida de presión y caudal del recurso subterráneo.
Para preservar el recurso hídrico se deben extender los estudios hidrogeológicos a otras áreas
de la llanura y hacer una gestión integral del mismo, que incluya el tratamiento de efluentes
industriales y domésticos de la cuenca del río Salí, la extensión las redes de agua potable a
zonas rurales dispersas y el control de pozos surgentes, entre otras medidas.3/h/m, con aguas de buena calidad química.
Por último, el tercer paquete acuífero se desarrolla a partir de los 140 m de profundidad hasta
una base que no fue alcanzada, pero se estima que estaría por debajo de los 300 m de
profundidad. Los pozos de este nivel acuífero tienen caudales de bombeo y rendimientos
medios de 180 m3/h y 20 m3/h/m respectivamente, lo que indica un excelente rendimiento,
con aguas de buena calidad química.
En el área hay pozos de más de 100 m, con surgencia natural y descarga descontrolada, que
generan encharcamiento de suelos y pérdida de presión y caudal del recurso subterráneo.
Para preservar el recurso hídrico se deben extender los estudios hidrogeológicos a otras áreas
de la llanura y hacer una gestión integral del mismo, que incluya el tratamiento de efluentes
industriales y domésticos de la cuenca del río Salí, la extensión las redes de agua potable a
zonas rurales dispersas y el control de pozos surgentes, entre otras medidas.3/h y 20 m3/h/m respectivamente, lo que indica un excelente rendimiento,
con aguas de buena calidad química.
En el área hay pozos de más de 100 m, con surgencia natural y descarga descontrolada, que
generan encharcamiento de suelos y pérdida de presión y caudal del recurso subterráneo.
Para preservar el recurso hídrico se deben extender los estudios hidrogeológicos a otras áreas
de la llanura y hacer una gestión integral del mismo, que incluya el tratamiento de efluentes
industriales y domésticos de la cuenca del río Salí, la extensión las redes de agua potable a
zonas rurales dispersas y el control de pozos surgentes, entre otras medidas.