INBA   12521
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN BIOCIENCIAS AGRICOLAS Y AMBIENTALES
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
CEREALES DE INVIERNO: Investigación científico-técnica.
Autor/es:
5. STENGLEIN, S.A., M.V. MORENO, M. COGLIATTI, W.J. ROGERS,; M CARMONA; LAVADO, R.S
Editorial:
UNCPBA
Referencias:
Lugar: Tandil; Año: 2012 p. 238
ISSN:
978-950-658-301-9
Resumen:
PROLOGO   La civilización humana se basó en el cultivo de los cereales, pues son los que le permitieron acumular alimentos y disponer de tiempo para otros menesteres distintos a buscar comida. Los tres cereales más importantes fueron y son arroz, trigo y maíz. El cultivo del trigo fue el determinante de la emergencia de las civilizaciones en el Medio Oriente, extendiéndose hasta el norte de la India y sur de Europa. Allí ubican los historiadores las primeras civilizaciones, que se iniciaron en el 3500 AC, en Sumeria (en la baja Mesopotamia, Irak actual) y luego en Egipto (sobre el río Nilo), la civilización de Mohenjo Daro (en el río Indo, actuales Pakistán e India) y, finalmente en Micenas (en el extremo este del mar mediterráneo). Desde ese momento, por un lado cada vez que el hombre se movió (migraciones, conquistas) o ejerció el comercio, el trigo se difundió. Hoy es cultivado prácticamente en todo el mundo.   Sin embargo el trigo no sólo es parte de la historia de la humanidad, sino también de la historia Argentina: en 1528 se cultivó trigo por primera vez en nuestro país, siendo el primer cultivo de la región pampeana. Ese cultivo se desarrolló en un asentamiento precario llamado Fuerte Sancti Spiritu, que fuera instalado por Sebastián Gaboto cuando invernó con su expedición en la costa del río Paraná, en la actual provincia de Santa Fe. Luego durante todo el período colonial y los primeros años de la patria, también se cultivó trigo y desde mediados del siglo IXX, pasó a ser exportado en forma creciente.   A principios del siglo veinte se inició en el país el mejoramiento organizado de trigo, exportándose aproximadamente tres millones de toneladas de granos. En los años treinta se fundó la red oficial de ensayos territoriales, red que sigue vigente en la actualidad. Hoy el trigo pan es uno de los principales cultivos de la Argentina, con una superficie de siembra que excede normalmente los seis millones de hectáreas y una producción de más que quince millones de toneladas. Sin embargo, la productividad por hectárea es más baja que la de algunos otros países productores y existe una diferencia notable entre rendimientos potenciales y los reales, lo que implica que habría una oportunidad, a través de la investigación y transferencia, de incrementar los rendimientos en el futuro. Asimismo, el trigo candeal representa un mercado valioso pero pequeño (en general con una siembra menor que 100.000 has.) con alto potencial de crecimiento futuro.   Otros cereales de invierno de importancia son la cebada, centeno, avena y  alpiste. La cebada es cultivada en todo el mundo y utilizada tanto en alimentos de consumo humano como animal, aunque el principal destino dado al grano cosechado, es la producción de malta en la industria cervecera. La producción de cebada cervecera de nuestro país ha crecido notablemente en los últimos veinte años, acompañado dicho crecimiento, por la ampliación de la distribución geográfica del cultivo, siendo la provincia de Buenos Aires responsable del 90% de la producción nacional. La posibilidad de adelantar unos 15 días la siembra de soja de segunda, por tener la cebada un ciclo más corto que el del trigo, y por los buenos rendimientos que se han obtenido en los últimos años en comparación con el trigo, ha favorecido el incremento de su área de siembra. En la última campaña se sumó la mayor oferta de contratos de siembra de cebada por parte de las malterías y los buenos precios alcanzados por la cebada, lo cual llevo a alcanzar el millón de hectáreas sembradas, superficie récord para este cultivo en nuestro país.   El alpiste es una gramínea anual, de crecimiento invierno-primaveral que se cultiva para la producción de granos en las zonas templadas de todo el mundo,  y en nuestro país, en las regiones centro y sudeste de la provincia de Buenos Aires. La Argentina, históricamente, ha estado entre los tres principales países productores. Si bien la producción de granos de alpiste ha estado restringida a la alimentación de aves ornamentales, lo novedoso es que con el descubrimiento de sus propiedades nutricionales y funcionales únicas, se han abierto nuevas líneas de investigación orientadas a la búsqueda de potenciales usos alternativos. Entre ellos, la fabricación de pastas y panificados aptos para el consumo de celíacos. Mercado que resulta por demás interesante para este commodity. Los otros cereales invernales, se concentran en nichos especiales.   El Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales – INBA, exhibe una destacable proporción de investigaciones sobre trigo y cebada a niveles bioquímico, microbiológico y agronómico. También, existen proyectos relacionados con estos cultivos y con el cultivo alpiste en el BIOLAB AZUL. En la Facultad de Agronomía de Azul, por su lado, así como en la Facultad de Agronomía de Buenos Aires, se desarrollan trascendentes proyectos de investigación relacionados con estos cereales. Los resultados obtenidos se hacen públicos en la forma de Jornada Científico-Técnica sobre Cereales de Invierno, dirigida no sólo a docentes, estudiantes y egresados de la propia Facultad, sino a técnicos, profesionales, productores y público en general. Participan como autores también investigadores de otras otras universidades, INTA, otros centros del CONICET e inclusive investigadores de otros países.   La idea es obtener un medio para lograr la interacción entre investigadores y docentes entre sí y con el público usuario de los conocimientos generados. Para finalizar, toda esta construcción se hizo posible por la actividad incansable de los autores, los integrantes del Comité editorial, otros colaboradores. Por último, queremos destacar el significativo aporte de varias empresas para la edición del libro.   Ing. Agr. Raul S. Lavado, Director INBA Dr. W. John Rogers, Director BIOLAB AZUL Dr. Sebastian Steinglen, Investigador BIOLAB Azul