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Uno de los mayores problemas de los circuitos cerrados en acuicultura es controlar las poblaciones de microorganismos indeseables. Por este motivo se han propuesto diversos métodos, tanto físicos como químicos. Dentro de los medios físicos se utiliza la luz UV. Las radiaciones electromagnéticas son capaces de producir un efecto letal sobre las células. Entre otras se incluyen aquellas con una longitud de onda por debajo de 300 nm como son: la luz ultravioleta, los rayos gamma y los rayos X. Las radiaciones con una longitud de onda mayor no tienen suficiente energía para destruir las células. La luz ultravioleta es capaz de producir un efecto letal cuando se irradian las células con un rango comprendido entre 210-300 nm. Los componentes celulares capaces de absorber la luz UV son los ácidos nucleicos con el DNA como blanco más importante. Dentro de sus componentes son las pirimidinas las que absorben especialmente la luz UV, resultando como efecto a esta acción, la formación de dímeros de timina (unión covalente de dos moléculas adyacentes de timina). La formación de estos dímeros distorsiona la configuración de la molécula de DNA y esto interfiere con la replicación y transcripción del DNA durante la síntesis de las proteínas. Para la confección del filtro se utilizo un tubo UV de 25W, el cual fue contenido en un circuito de pvc, que permitió el paso del agua a no más de 5mm de la fuente emisora. El caudal utilizado (se debe garantizar un tiempo de exposición del microorganismo a las radiaciones) se obtuvo de tabla.(0,2 l/seg.). Para conocer el efecto de la luz UV, en forma preliminar se realizo un análisis microbiológico del agua del sistema, se extrajeron muestras antes del uso de la fuente UV y posteriormente a las 2, 5,10 y 24 horas de funcionamiento del sistema. Se cuantificaron bacterias heterótroficas en placa (RHP). El número de UFC disminuyo a partir de las 5 horas de funcionamiento.