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La multiplicación de gametos y embriones, empleando las particularidades haploides o diploides del momento de su desarrollo, constituyen una forma de incrementar la tasa de gestación y así la eficiencia reproductiva para la producción animal, la reproducción asistida en medicina humana y la investigación en todas las especies. La partenogénesis es el desarrollo de un embrión en ausencia de la contribución de la gameta masculina, con o sin desarrollo de un animal adulto. Las primeras investigaciones sobre este fenómeno ya superaron los 100 años. El conocimiento de los mecanismos de su estimulación permitió aplicarlos en la tecnología de transferencia nuclear. Recientemente se le encontró una aplicación más, la producción de embriones humanos partenogenéticos (partenotes) para obtener células primordiales embrionarias humanas, destinadas a la terapia celular y tisular. Así, la partenogénesis adquiere un protagonismo inusual en la biotecnología reproductiva animal y humana. ¿Quién habría imaginado alguna vez que la partenogénesis daría origen a un mamífero vivo y con capacidad de reproducirse? ¿Quién hubiera considerado relacionar la partenogénesis con los complejos mayores de histocompatibilidad? ¿Quién hubiera considerado reflexionar, alguna vez, sobre la ética de la producción de embriones humanos partenogenéticos, para obtener células de los blastocistos, destinadas a generar tejidos de reemplazo? La producción de mellizos idénticos se basa en la separación de los blastómeros o la división microquirúrgica de un embrión, para multiplicarlo en forma idéntica. Estas tecnologías fueron desarrolladas tempranamente, a fines de 1970, inicialmente con motivos de investigación. Todas y particularmente la producción de mellizos idénticos tiene la limitación del bajo número de individuos idénticos que producen. Sin embargo tienen las ventajas, como su relativa fácil aplicación, el producto de la división no requiere de programación, los embriones resultantes no sufren alteraciones antes ni después del crecimiento y, de significativa importancia en fertilidad asistida humana (FAH), están permitidas en algunos países como complemento de las tareas de posibilitar e incrementar las tasas de gestación. Los macacos rhesus son los animales más adecuados para los estudios sobre enfermedades humanas, debido a su similitud genética y fisiológica, son particularmente valiosos para los experimentaciones con vacunas y con trasplante de tejidos. Las aplicaciones de la micromanipulación en investigación en medicina humana, se centran en el estudio del efecto los pronúcleos y las mitocondrias citoplasmáticas sobre la expresión génica y la viabilidad de los embriones. Los genes en las mitocondrias pueden mutar con efectos de diferente gravedad, incluso la muerte. Algunos pacientes humanos desarrollan predominantemente enfermedades cerebrales o nerviosas, otros musculares (miopatías mitocondriales, cardiomiopatías). Dado que las mitocondrias son aportadas por el ovocito a la descendencia, los estudios se concentran en evaluar el efecto de la transferencia de un pronúcleo femenino con mitocondrias defectuosas a un ooplasma con mitocondrias sanas. Estudios efectuados en murinos confirmaron que es posible la transferencia del pronúcleo femenino a un citoplasma sano y de uno sano a uno enfermo. Esta manera de transferencia cruzada pretende determinar el efecto de mitocondrias de la donante sobre el citoplasma receptor y su posterior desarrollo. Otra línea de investigación es el estudio del efecto de la transferencia microquirúrgica de pronúcleos sobre la expresión génica y desarrollo de los embriones. Las diferentes biotecnologías de producción y multiplicación de embriones pueden afectar los mecanismos epigenéticos de modificación del ADN (ver capítulo Expresión génica y calidad de los embriones) y con ello destacan un concepto, de importancia fundamental en biotecnología reproductiva: la herencia es más que la suma de los genes.