IDEHU   05542
INSTITUTO DE ESTUDIOS DE LA INMUNIDAD HUMORAL PROF. RICARDO A. MARGNI
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Análisis comparativo entre el dominio extracelular maduro de IA 2 y su producto de degradación oxidativa
Autor/es:
MARÍA E. PRIMO; VALERIA A. RISSO; MARTIN E. NOGUERA; LAURA N. F. SOSA; EDGARDO POSKUS; MARIO R. ERMÁCORA.
Lugar:
La Plata, Buenos Aires
Reunión:
Congreso; XXXVII Reunión Anual de la Sociedad Argentina de Biofísica; 2008
Institución organizadora:
Sociedad Argentina de Biofísica
Resumen:
IA‑2 es una proteína tirosina fosfatasa tipo receptor de 979 aminoácidos ubicada en las membranas de gránulos secretores (GS) de tejido neuroendocrino, con su dominio intracelular (IA‑2ic, residuos 601‑979) en el citoplasma celular y su dominio extracelular (IA‑2ec, residuos 35-579) en el lumen de los GS. In vivo IA‑2 sufre un procesamiento proteolítico entre los residuos 447-448 de su dominio IA‑2ec para generar la proteína madura. Así, el dominio IA‑2ec de la proteína madura comprende los residuos 449-576 (IA‑2ec449-576)[1]. Los estudios de IA‑2ec449-576 en solución demostraron que este fragmento proteico constituye un dominio autónomo de plegado[2]. Durante la cristalización, IA‑2ec449-576 sufre un procesamiento dependiente de especies reactivas del oxígeno (ERO), que resulta en la pérdida de 19 residuos del extremo N‑terminal y 18 del extremo C‑terminal, cristalizando el fragmento que comprende los residuos 469-557 de IA2 (IA‑2ec469-557)[3]. Dado que IA‑2 se expresa en células altamente sensibles a ERO y la importancia fisiológica que tendría el clivaje observado in vitro si se produjese in vivo, el objetivo del presente trabajo fue estudiar la estabilidad y las propiedades biofísicas de IA‑2ec469-557 comparativamente con aquellas de su precursor, IA‑2ec449-576. La emisión de fluorescencia y las señales de CD, tanto en el UV‑lejano como en el UV-cercano, indicaron estructura secundaria y terciaria rígida en ambas moléculas, presentando IA‑2ec469-557 mayores señales. La constante de dimerización determinada por cromatografía de exclusión molecular fue de 6 µM para IA‑2ec449‑576 y de 0,5 µM para IA‑2ec469-557. El tiempo de cristalización de IA‑2ec469-557 fue marcadamente inferior que el de su precursor y se lograron obtener cristales a pH ácido, en el cual IA‑2ec449-576 no cristaliza por estar inhibida su degradación[3]. Por lo tanto, la degradación de IA‑2ec449-576 da origen a un dominio proteico altamente estructurado capaz, si se produjera in vivo, de modular la actividad de IA‑2 por dimerización.