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Introducción: En el marco de la psicología positiva, los comportamientos prosociales han sido definidos como acciones que se llevan a cabo de manera intencional con el propósito de beneficiar a otros. Especialmente durante la etapa de la adolescencia, se busca fomentar la prosocialidad, debido a que tiene un rol central en el bienestar físico y psíquico, actuando en la prevención de acciones nocivas para la salud y situaciones de riesgo físico, contribuyendo a disminuir las conductas agresivas y favoreciendo el desarrollo de recursos positivos. En este sentido, el estudio de la conducta prosocial es de gran relevancia e interés, permitiendo fundamentar el diseño y aplicación de estrategias de intervención que se ajusten a las necesidades de los sujetos, por ejemplo, diferenciadas por sexo y por edad. Para esto, es necesario realizar un diagnóstico inicial, identificando posibles diferencias en las puntuaciones entre hombres y mujeres, y entre adolescentes de diferentes rangos de edad. Objetivos: En este sentido, el objetivo del presente trabajo ha sido evaluar la conducta prosocial en adolescentes escolarizados de entre 12 y 18 años y comparar dichos comportamientos por sexo y edad. Metodología: El estudio realizado es de tipo descriptivo comparativo. La muestra estuvo compuesta por 631 adolescentes de ambos sexos (407 mujeres y 219 varones) que participaron de forma voluntaria y previa autorización de sus padres. La edad de los sujetos fue categorizada en dos grupos: 12 a 15 años (397 adolescentes) y 16 a 18 (234 adolescentes) años. Se utilizó un breve cuestionario sociodemográfico y la Escala de Conducta Prosocial Adolescente (Balabanian y Lemos, 2016), compuesta por 30 ítems que se respondieron mediante una escala tipo Lickert de cinco puntos expresados en grados de frecuencia. Resultados: En términos generales, se observaron diferencias significativas por sexo y por edad. Las mujeres obtuvieron un promedio (M = 3,32; DE = 0,64) significativamente más elevado que los hombres (M = 3,05; DE =0,59) en la evaluación general de conducta prosocial. Así también, en 17 ítems del cuestionario, las mujeres obtuvieron un puntaje mayor que los hombres. Por otro lado, los adolescentes de entre 12 y 15 años obtuvieron un puntaje total más elevado (M = 3,27; DE =0,63) en comparación con los adolescentes de 16 a 18 años (M = 3,14; DE =0,63). Al analizar los ítems por separado, se encontró que 14 ítems fueron evaluados de forma significativamente diferente según la edad. Los adolescentes de entre 12 y 15 años obtuvieron puntuaciones significativamente más elevadas en 12 ítems, mientras que el grupo de adolescentes de 16 a 18 años solo lo hizo en 2 ítems del instrumento. Discusión: Los resultados obtenidos en cuanto a las diferencias por sexo, se encuentran en concordancia con la bibliografía existente. Muchos estudios afirman que las mujeres puntúan significativamente más alto que los varones en conducta prosocial en todas las edades. Esta diferencia podría estar sustentada en la mayor disposición de las mujeres a sentir empatía y a preocuparse por el bienestar del otro. Por otro lado, en cuanto a las diferencias en las respuestas según la edad, los adolescentes más pequeños (entre 12 y 15 años) obtuvieron la puntuación más elevada en el constructo global y en 12 ítems del instrumento. Este aspecto resulta interesante, ya que la conducta prosocial está relacionada con el desarrollo moral, y éste aumenta a medida que pasan los años, por lo cual se esperaría que el comportamiento prosocial sea mayor en la adolescencia tardía. Por esto, es de relevancia la promoción de conductas prosociales entre los adolescentes, con el fin de fomentar comportamientos concretos de ayuda, que acompañen el desarrollo evolutivo y la internalización de los valores morales prosociales.