Inteligencia fluida y creatividad: un estudio en niños escolarizados de habla hispana.

KRUMM, GABRIELA; ARÁN FILIPETTI, VANESSA; LEMOS, VIVIANA; QUINDE, JOSUÉ

Brasilia

Congreso; XXXIV Congreso Interamericano de Psicología; 2013

Sociedad Interamericana de Psicología

Siguiendo a Sternberg y O`Hara (2005), el estudio de la relación entre la inteligencia y la creatividad se ha abordado desde cinco perspectivas: (1) la creatividad es un subconjunto de la inteligencia; (2) la inteligencia es un subconjunto de la creatividad; (3) la creatividad y la inteligencia son dos conjuntos que se solapan; (4) la creatividad y la inteligencia son en su esencia lo mismo y (5) la creatividad y la inteligencia no tienen relación alguna. Si bien, no hay acuerdo sobre la relación entre estos dos complejos constructos, ya que se han estudiado con diferentes instrumentos y poblaciones, sí existe consenso de que las personas con un alto nivel de inteligencia no necesariamente son creativas, pero las personas altamente creativas suelen tener un alto nivel intelectual (Garaigordobil & Torres, 1996). Teniendo en cuenta lo mencionado, el objetivo de este trabajo fue estudiar como incide la inteligencia fluida en la creatividad evaluada desde las tareas en papel y lápiz propuestas por el TTCT y la autopercepción creativa del niño. Previa autorización de los padres, se evaluaron 359 niños y preadolescentes escolarizados de ambos sexos de 8 a 14 años de edad. Los alumnos completaron el Test Matrices Progresivas Escala Coloreada y General (Raven, Court y Raven, 1993) , la prueba de figuras del Test de Pensamiento Creativo de Torrance, forma B (TTCT, Torrance, Ball y Safter, 1992), y la Escala de Personalidad Creadora autoevaluación (EPC de Garaigordobil, 2004). Los resultados mostraron diferencias significativas en la creatividad medida por el TTCT y sus factores según la inteligencia fluida (F de Hotelling (9, 1043) = 7.068; p < .001). Los análisis univariados mostraron diferencias significativas tanto en el puntaje general de creatividad (F (3, 351) = 17.094; p < .001), como en los factores innovación (F (3, 351) = 12.990; p < .001) y adaptación (F (3, 351) = 7.557; p < .001). Estos resultados indican que a medida que aumenta la inteligencia hay un aumento de la creatividad en tareas de papel y lápiz. Además el ANOVA mostró que existen diferencias significativas en la autopercepción creativa (F (3, 152) = 3.161; p = .026) evaluada por la EPC, según la inteligencia fluida. En este caso, los niños que obtuvieron los puntajes más elevados en inteligencia fluida, no fueron los que se percibieron como más creativos. Se discuten los resultados en función de las investigaciones previas sobre inteligencia y creatividad; los cuales parecen mostrar que la capacidad de creatividad del niño y del adolescente necesita de un mínimo nivel de inteligencia. Las implicancias de la investigación tanto para la educación como para la psicología, desafían a seguir profundizando sobre el tema.