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Tanto la experiencia como la investigación han confirmado que el factor clave para lograr una educación de calidad es contar con docentes bien preparados, que a su vez desarrollen estilos de enseñanza eficaces. Imbernón (1994) proponen tres etapas de formación en la carrera docente, a saber: de formación básica, de inducción profesional y finalmente, la etapa de perfeccionamiento o de desarrollo profesional del profesorado experimentado. En relación a los estilos de enseñanza encontramos estudios que se refieren a estilos de enseñanza centrados en el profesor y los estilos centrados en el estudiante (Carpenter & Tait, 2001, Feixas, 2002; Trigwell & Prosser, 2004). En el estilo centrado en el profesor el estudiante tiene un papel pasivo, receptor de contenidos. A diferencia del estilo centrado en el estudiante, en donde los profesores se concentran más en las necesidades de los alumnos que en el conocimiento que se debe trasmitir. Algunos estudios señalan entre los factores más importantes que inciden en el desarrollo docente la experiencia profesional (Ojure y Sherman, 2001) y el perfeccionamiento continuo de los docentes promoviendo prácticas eficaces de enseñanza (Wenglinsky, 2000). El objetivo de este trabajo es explorar las relaciones entre los estilos de enseñanza y los factores que inciden en el desarrollo docente: nivel de preparación, experiencia subjetiva óptima, experiencia docente y perfil profesional. Para evaluar dichas variables se utilizó el cuestionario sobre la Orientación Docente del Profesor Universitario (Feixas, 2002) y el cuestionario de Experiencia Óptima en su versión para adultos. Ambos instrumentos se aplicaron a 90 profesores universitarios, se presenta resultados del estudio y sus conclusiones.