CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

El cerebro de un insecto maduro tiene la notable habilidad de modificar su configuración como respuesta a distintas experiencias sensoriales. Esta plasticidad dependiente del aprendizaje se ha demostrado en el lóbulo antenal (LA), primer centro de procesamiento de la información olfativa en insectos. El LA está estructurado en glomérulos, unidades funcionales en donde convergen neuronas receptoras y neuronas de mayor orden. En el LA, la información olfativa se encuentra codificada en patrones de actividad glomerular, los cuales son dinámicos y pueden cambian sus propiedades espacio-temporales luego de algunos eventos de aprendizaje asociativo. Sin embargo, no hay evidencia del efecto de un olor aprendido en edades tempranas sobre la representación neuronal de un insecto adulto maduro. Para develar los patrones de actividad glomerular de un olor experimentado varios días antes (9-12 días), medimos los cambios en la concentración de Ca2+ intracelular en preparaciones in vivo a nivel del lóbulo antenal en el cerebro de una abeja de 17 días de edad. Se registró la actividad en 19 glomérulos identificados como respuesta a un olor aprendido durante los 5-8 días de edad, 1-Nonanol y tres olores novedosos, 1-Nonanal, 1-Hexanol y 1-Hexanal presentados a dos concentraciones distintas (1:1 y 1:10). Nuestros resultados muestran que el aprendizaje asociativo establecido a edades tempranas del estadio adulto induce cambios a largo término en la actividad glomerular de un insecto maduro. A la vez, observamos que las experiencias tempranas causan la decorrelación entre topografías glomerulares que se presentan como muy similares en insectos maduros naïves y que a su vez esas diferencias se hacen mayores para menores concentraciones de los distintos olores evaluados. Experimentos conductuales mostraron un correlato con los resultados opto-fisiológicos.