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(del Prólogo) De qué está hecho nuestro universo? Esta no es una pregunta nueva; de una manera u otra, el mismo interrogante ha acompañado a nuestros antepasados curiosos desde la noche de los tiempos. Los estudiosos del cosmos de nuestros días, sin embargo, creen haber hallado la respuesta. A través de novedosas teorías y de observaciones y experimentos de gran precisión se ha establecido un modelo para nuestro universo, para su evolución y su contenido, que nuestros abuelos (y en algunos casos, incluso nuestros padres) jamás hubieran podido siquiera imaginar. El resultado, de más está decir, es extraño, muy extraño. Pues todo aquello que nos rodea y aquello que los astrónomos pueden localizar con sus potentes máquinas de atrapar luces lejanas (a veces también llamadas máquinas del tiempo) representa un magro porcentaje de todo lo que sabemos -o pensamos que sabemos- que hay *allá afuera*. Y el resto que no vemos, ¿qué es y qué aspecto tiene? Este libro trata precisamente de describir esos componentes *oscuros* que sólo se dejan detectar indirectamente y que se comportan de manera inusual. Se los ha llamado materia y energía oscuras; se trata sin ninguna duda de nombres un poco confusos, pero que se relacionan fuertemente con nuestra cultura global (pues representan el *lado oscuro* de nuestro universo). [...] En los capítulos que siguen presentaremos muchos de los temas introductorios que nos permitirán comprender tanto la historia de las ideas, como las observaciones pioneras y los modelos teóricos que nos condujeron -especialmente durante el siglo pasado- a la descripción presente del universo. Encontraremos telescopios monumentales y ecuaciones de las más simples, modelos cosmológicos y personajes relevantes, universos con crujidos y con desgarros, gráficos con curvas y explosiones de estrellas y, en la última parte del libro, dos capítulos dedicados exclusivamente a los dos elementos más oscuros de la cosmología moderna.