CEDIE   05498
CENTRO DE INVESTIGACIONES ENDOCRINOLOGICAS "DR. CESAR BERGADA"
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
Secuelas Endocrinológicas del Tratamiento de las Enfermedades Oncológicas en la Infancia y Adolescencia.
Autor/es:
A MARTÍNEZ, MSUÁREZ , H JASPER. T PASQUALINI, R REY, S GOTTLIEB. M ARZARESTZKY, S BENGOLEA, S CAMPENI, M CIACCIO, G FALKON, P FERRARI.
Revista:
REVISTA ARGENTINA DE ENDOCRINOLOGIA Y METABOLISMO
Referencias:
Lugar: BUENOS AIRES; Año: 2008 vol. 46 p. 24 - 38
ISSN:
0080-2077
Resumen:
Los avances en el tratamiento de las enfermedades oncológicas en la infancia y adolescencia han permitido  que la tasa de sobrevida en niños tratados por cáncer aumente progresivamente. Alrededor del 70 % de los pacientes pediátricos tratados por tumores del SNC, el 80% por leucemias linfoblásticas agudas y más del 90 % por linfoma de Hodgkin sobreviven a los mismos.. Los trastornos endocrinos de los diferentes ejes se observan en un alto porcentaje de los sobrevivientes, debido a afecciones producidas por la enfermedad de base, el tratamiento o intercurrencias. Muchas de estas anomalías pueden sobrevenir años o décadas luego del tratamiento. La terapéutica de estas enfermedades comprende diferentes esquemas incluyendo cirugía, quimioterapia y radioterapia. Estos intensos esquemas de tratamiento pueden tener como consecuencia la aparición de diversas secuelas; 40% de los pacientes tratados por enfermedades oncológicas en la infancia va a tener alguna secuela endocrina relacionada con la enfermedad de base, la cirugía, la radio y/o quimioterapia; dependiente de la edad al inicio de la enfermedad y/o tratamiento, el género y el tiempo transcurrido desde la finalización del tratamiento. Post radioterapia craneal el orden de alteración de los ejes es 1) eje somatotrófico, 2) eje gonadotrófico, 3) eje adrenocorticotrófico y 4) eje tiroideo. La radio y quimioterapia pueden producir daño gonadal primario siendo el epitelio germinal del varón el más susceptible. La recuperación a medida que se aleja de la finalización del tratamiento es infrecuente, pero posible.  Es de suma importancia conocer las posibles alteraciones con el objeto de realizar un adecuado control de los pacientes, durante su infancia y adolescencia y en la vida adulta. Con este fin se recomienda: 1-       Una observación semestral del crecimiento y desarrollo puberal, en todos los niños tratados por neoplasia maligna, hasta que alcancen su estatura adulta y completen su desarrollo sexual. Se deberá prestar especial atención al inicio precoz de los signos puberales y a la falta de aparición de los mismos dentro del rango de edad esperado. 2-       Un control anual de la función tiroidea, que incluya los valores de TSH y hormonas tiroideas, examen clínico con palpación de la glándula y ecografía. 3-       El nivel de cortisol matinal debe ser determinado anualmente por un período de hasta 15 años luego de la finalización del tratamiento oncológico.