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¿Quiénes se involucran en trayectorias problemáticas de consumo de alcohol? Ricardo Marcos Pautassi. Instituto de Investigaciones Médicas M. y M. Ferreyra (INIMEC-CONICET-UNC) y Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Friuli 2434, Córdoba, CP. 5016. República Argentina. rpautassi@gmail.com Introducción: Tradicionalmente, los trastornos por abuso y dependencia al alcohol fueron considerados patologías privativas del adulto, maduro, y resultado de décadas de consumo intensivo. Sin embargo, investigaciones realizadas durante las últimas décadas arrojaron una elevada incidencia de esta patología en adolescentes y sitúan algunos antecedentes del consumo problemático de alcohol incluso en la infancia y la vida prenatal. Estos trabajos han modificado la concepción de los trastornos por uso de alcohol, que son ahora considerados patologías del desarrollo. Objetivo: el objetivo específico será dilucidar si los efectos de las drogas, particularmente del alcohol, son diferentes en adolescentes y en adultos; y analizar las implicancias de estas diferencias ontogenéticas en sensibilidad a la droga. De manera más general, se intentará proveer un marco de referencia basado en la evidencia para discusiones de política pública donde surjan interrogantes tales como ¿Porque no se debería tomar alcohol en la adolescencia o en la niñez? ¿Es mejor retrasar el inicio del consumo de alcohol en menores? Método: se revisan estudios clínicos y pre-clínicos en adolescentes y adultos con énfasis en los efectos motivacionales (i.e., apetitivos, aversivos y ansiolíticos), hipótico-sedativos y cognitivos del alcohol; así como estudios que analicen efectos facilitadores de factores de personalidad (o expectativas) y de la iniciación o ?debut temprano? con el alcohol sobre el consumo posterior de esta droga. También se revisan estudios sobre consecuencias de la exposición prenatal al alcohol. Resultados: La revisión de la literatura indica que los adolescentes son, comparados con los adultos, más sensibles a los efectos placenteros y menos sensibles a los efectos aversivos del alcohol; menos sensibles a los efectos sedativos, de incoordinación motora y de inducción del sueño de la droga; y más sensibles a las alteraciones cognitivas agudas provocadas por dosis elevadas de alcohol. Los jóvenes son, asimismo, más sensibles que los adultos al efecto facilitador de la exposición al alcohol sobre el consumo posterior. Aquellos adolescentes que exhiben más extroversión, impulsividad y búsqueda de sensaciones, que poseen expectativas positivas en relación a los efectos del alcohol, o que han sido expuestos prenatalmente al alcohol, están a su vez a un mayor riesgo de involucrarse en trayectorias problemáticas de consumo. Discusión: Los efectos sedativos y aversivos del alcohol funcionarían como barreras que limitan la progresión en el consumo de alcohol, en tanto que los efectos apetitivos y las alteraciones cognitivas que resultan de la droga promoverían el consumo. Por lo tanto, el perfil idiosincrático de respuesta al alcohol que exhiben los adolescentes representaría un factor de riesgo para el inicio, mantenimiento y escalada en el consumo de esta droga. Este patrón de respuesta diferencial, en conjunto con la presencia de ciertos factores de personalidad y expectativas, podría explicar porque la prevalencia de dependencia al alcohol es mayor en la adolescencia tardía y la adultez temprana que en cualquier otro momento de la vida. En conjunto, la información presentada apoya la idea de mantener (y aumentar) la regulación del acceso de alcohol a poblaciones vulnerables (i.e., adolescentes, niños) y de tratar de demorar la edad de inicio al consumo de alcohol.