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INSTITUTO DE INVESTIGACION MEDICA MERCEDES Y MARTIN FERREYRA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
CONSUMO DE ETANOL DURANTE LA INFANCIA: MODULACIÓN DEL SISTEMA OPIOIDE Y PERSISTENCIA A LARGO PLAZO DE ESTA EXPERIENCIA
Autor/es:
MIRANDA MORALES, R.S.; SPEAR, N.E.; ABATE, P.
Lugar:
CORDOBA
Reunión:
Congreso; XIV REUNIÓN NACIONAL y III ENCUENTRO INTERNACIONAL DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO; 2013
Institución organizadora:
ASOCIACION ARGENTINA DE CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO
Resumen:
Teniendo en cuenta que experiencias con etanol durante el desarrollo temprano puede incrementar la probabilidad de uso y abuso de la droga, resulta de interés analizar los mecanismos que regulan las propiedades reforzantes etílicas durante la infancia. El presente estudio intentó indagar sobre la persistencia de memorias generadas por experiencias con el etanol durante la infancia, y su repercusión durante la adolescencia. Se intentó, además, establecer si el sistema opioide participa en la modulación de estas experiencias tempranas, durante la adquisición y la persistencia a largo plazo de esta memoria. Para ello ratas infantes fueron expuestas, mediante un esquema de consumo pulsátil, a concentraciones moderadas de etanol (0 o 10% v/v) durante los días postnatales [DPs] 14-17. Previo a la prueba de consumo correspondiente a los DPs 16 y 17, los sujetos fueron administrados con un antagonista no selectivo del sistema opioide (naloxona: 0 o 1 mg/kg), para establecer si este sistema participa en la adquisición de esta memoria infantil. Posteriormente, durante la adolescencia (DPs 33-36), estos mismos sujetos fueron evaluados en una prueba de consumo etílico (test de doble botella: etanol -aumentando la concentración diariamente: 3, 4, 5 y 10%- vs. agua). Los resultados indicaron que durante la infancia (DPs 14 y 15), el consumo de etanol y agua fue similar. Los niveles de etanol consumidos alcanzaron los 0.8 g/kg. En los DPs 16 y 17, la administración de naloxona atenuó el consumo de ambas soluciones. Sin embargo, la caída en el consumo de etanol fue significativamente mayor que la observada frente al consumo de agua. Durante la adolescencia, no se observaron cambios en el consumo de agua en función de la experiencia durante la infancia, pero si se observó un incremento significativo en el consumo diario de agua en los adolescentes. Respecto al consumo de etanol, durante los DPs 33-34 (consumo de etanol 3% y 4%, respectivamente) el consumo de la droga fue menor en los sujetos que fueron pre-expuestos al etanol durante la infancia. En los últimos días de evaluación (DPs 35-36: consumo de etanol 5% y 10%, respectivamente), el consumo de la droga disminuyó drásticamente y no se observaron diferencias entre los grupos, en función de su experiencia infantil con la droga. No fue posible observar efectos a largo plazo producto del bloqueo del sistema opioide, durante la experiencia infantil. En síntesis, la experiencia infantil con etanol no facilitó o promovió su consumo durante la adolescencia, sino que lo atenuó respecto a los grupos controles. Por otro lado, no se pudo observar una modulación a lo largo plazo de esta experiencia cuando se manipuló el sistema opioide durante la adquisición (infancia) de esta experiencia. Estos resultados no concuerdan del todo con estudios previos. Al parecer, los niveles de exposición infantil a la droga (concentración de la misma), o el modo de exposición a la misma (consumo por medio de cánulas fijas) podrían influir en el patrón de reactividad posterior hacia la misma (en este caso, disminución de la afinidad por la droga). El hecho de utilizar pruebas de consumo en los adolescentes que requieren un alto tiempo de deprivación de líquidos, puede opacar los resultados y ensombrecer un posible efecto de la modulación opioidérgica de estas experiencias etílicas.