CERELA   05438
CENTRO DE REFERENCIA PARA LACTOBACILOS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Los probióticos como alimentos funcionales
Autor/es:
PERDIGON, GABRIELA
Lugar:
Buenos Aires, Argentina
Reunión:
Conferencia; curso de postgrado Nutrición Enteral y Parenteral: lo básico y lo nuevo.II Jornadas Internacionales de Nutrición Enteral y Parenteral; 2006
Resumen:
Se consideran  “alimentos funcionales” a aquellos que contienen componentes biológicamente activos que mejoran la salud o disminuyen el riesgo de sufrir enfermedades. Deben parecerse mas a los alimentos consumidos normalmente que a los consumidos de manera ocasional. Los alimentos funcionales son productos fermentados que contienen microorganismos que se adicionan para llevar a cabo el proceso de fermentación. Los productos fermentados frescos contienen bacterias específicas, como el caso del yogur (Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus thermophilus) y otras leches fermentadas (Lactobacillus casei y Bifidobacterium bifidum). Dichas bacterias deben mantenerse activas en el intestino (aunque no lo colonizan) y ejercer importantes efectos fisiológicos: a) Mejorar la digestión de la lactosa. b) Modular la función inmunitaria. c) Poder prevenir infecciones contra enteropatógenos. d) Por su efecto sobre la microflora podría evitar la mutagénesis y carcinogénesis, reduciendo el nivel de enzimas procarcinogénicas. Un alimento probiótico para ejercer su efecto benéfico debe poseer entre otras las siguientes características: a) contener bacterias viables en alta cantidad (108-109 UFC/ml) para evitar ser eliminadas por el peristaltismo intestinal, b)  deben permanecer viables durante el periodo de estante del producto. El consumo de alimentos funcionales como leches fermentadas, por lo tanto, no sólo es importante por sus aportes nutricionales ya que es un alimento, sino que a partir de ella cada componente o molécula puede contribuir con el mejoramiento de la salud humana, activando o regulando funciones. Puesto que el consumo de probióticos es continuo y el proceso regulatorio inmune (homeostasis) no debe ser alterado para no inducir una respuesta inflamatoria, debería conocerse el papel exacto de los probióticos en la modulación inmune, especialmente en la regulación negativa y la respuesta a citoquinas. Ello nos lleva a las siguientes preguntas ¿cómo se mantiene la homeostasis intestinal frente al consumo prolongado de probióticos? ¿Es mejor la administración cíclica? ¿Cómo se regula la celularidad y activación inmune? Demostramos que la administración prolongada de un probiótico (L. casei) induce un incremento de células IgA+, que alcanza un máximo pero luego disminuye y se mantiene con valores ligeramente superiores al control sin administración de probiótico. Si bien hay un incremento de las citoquinas IFNg y TNFa  (proinflamatorias), también se induce la producción de IL10, citoquina reguladora de la actividad inmune. Ello significa que el consumo continuo de probióticos no afecta la homeostasis intestinal. También demostramos la capacidad antiinflamatoria del yogur administrado en forma cíclica. Los mecanismos inmunes inducidos por probióticos muestran la total inocuidad de los mismos frente al consumo cíclico o continuo, y aportan las bases científicas necesarias para ensayos en humanos.