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El ambiente es impactado permanentemente por la liberación masiva de compuestos tóxicos, principalmente de origen antropogénico. Estos se diseminan en aguas y suelos provocando un deterioro del equilibrio ecológico. Para depurar estos ambientes se pueden utilizar Tecnologías de Remediación Amigables (TRAs), como la bioestimulación, bioaumentación, fitorremediación y vermiremediación. Las TRAs son soluciones rentables y ecológicas, sin embargo, también tienen efectos sobre la movilidad y biodisponibilidad de otros constituyentes del suelo. El objetivo del presente trabajo fue comparar el desempeño de diversas TRAs para la restauración de suelos contaminados con compuestos orgánicos e inorgánicos.Se realizó un ensayo de invernadero, en frascos con 1 kg de suelos, naturales o contaminados con Cr(VI) (100 o 300 mg/kg) y lindano (10 µg/kg), y se aplicaron los siguientes tratamientos: (a) sin tratamiento; (b) bioaumentación con un consorcio de actinobacterias (inóculo de 2 g/kg); (c) vermiremediación con Eisenia fétida (10 individuos/frasco); (d) fitorremediación con Brassica napus (1 plántula/frasco). Además, para cada tratamiento se analizó el efecto de la bioestimulación, utilizando dos tipos de suelo: sin enmienda, y enmendando con residuos orgánicos. La restauración del suelo se determinó en base a las concentraciones de lindano, Cr(VI), Al, Fe y Pb, al final del ensayo (14 días). El lindano se determinó por cromatografía gaseosa. Para los metales, se determinaron las fracciones soluble e intercambiable. La primera se extrajo por centrifugación a 5000 g. La fracción intercambiable se obtuvo por el agregado de 100 ml de solución fisiológica a 10 g de la muestra, con posterior agitación y centrifugación. Los metales se determinaron por espectroscopia de absorción atómica.La concentración de lindano al final del ensayo disminuyó entre 40 y 70%. El sistema más efectivo para su remoción fue la bioaumentación, sin enmienda. La enmienda orgánica provocó una disminución del 95% en la concentración de Cr(VI). En ausencia de enmienda, la máxima remoción de Cr(VI) se alcanzó por la bioaumentación, llegando hasta 80% cuando la concentración inicial del mismo fue de 300 mg/kg.La movilidad de los metales intrínsecos del suelo también se vio afectada por los distintos tratamientos. La concentración del Al aumentó significativamente en presencia de enmienda orgánica, sin embargo, disminuyó en los sistemas con microorganismos o plantas. La concentración de Fe intercambiable disminuyó significativamente durante la fitorremediación, sin enmienda. Por el contrario, este metal aumentó en todos los otros sistemas, principalmente durante la vermirremediación. Por otro lado, se observó un aumento significativo de la concentración de Pb intercambiable por la adición de enmienda, sin embargo, este efecto fue contrarrestado por la biorremediación microbiana y la fitorremediación. En todos los casos, al final de los tratamientos se observó una correlación inversa entre la concentración de Cr(VI) y la de los metales intrínsecos.El tratamiento más efectivo para la remoción de Cr(VI) fue la bioestimulación, que también incrementó la disponibilidad de Fe y Al. Para la remoción de Pb y lindano, fueron más eficientes la fitorremediación y la bioaumentación, respectivamente.Los sistemas TRAs mostraron versatilidad y eficiencia en la restauración de suelos contaminados.